Columna


Los maestros de maestros

EDUARDO DURÁN GÓMEZ

19 de octubre de 2015 12:00 AM

La experiencia de haber reunido a 1.200 profesores de todo el país en la Universidad Pedagógica de Bogotá, para intercambiar sus experiencias de la enseñanza con técnicos expertos en la materia, me parece un ejercicio muy benéfico para la educación del país.
Muchos maestros aprenden sus conocimientos en las diversas materias y llegan a manejar bases muy importantes en cuanto a los contenidos, pero adolecen de fallas protuberantes en los métodos de enseñanza, que hacen que ese conocimiento no se asimile por parte de los alumnos que tienen a su cargo, y que se desperdicie ese recurso que termina afectando la permanencia de los alumnos en los respectivos programas, o que pudiendo continuar, no puedan estar en capacidad de exhibir los rendimientos requeridos para ser exitosos en los niveles académicos.
Muchos de los problemas en el aprendizaje hacen referencia a malos profesores, que no están en capacidad de utilizar métodos efectivos de enseñanza y por lo tanto no tienen las habilidades para identificar las fallas, para purgarlas y para encontrar alternativas.
Fuera de eso, es necesario entender que no todos los alumnos están en capacidad de asimilar el mismo parámetro y es necesario diseñar tácticas que permitan incorporar a todo el grupo al nivel de rendimiento requerido.
Los profesores que actúan con rígidos esquemas, terminan dejando por fuera de sus métodos a muchos estudiantes, que después resultan los alumnos frustrados y tal vez fracasados en las actividades posteriores que llegaren a desarrollar.
Este intercambio de ideas entre los buenos maestros y los expertos, permiten identificar procesos efectivos, para incorporar a todos los profesores a esas técnicas en beneficio de la totalidad del modelo educativo. Muchos maestros no utilizan otras tácticas o instrumentos, sencillamente porque no los conocen, porque nadie se los ha enseñado y porque nunca los han practicado.
Cuando el maestro es ante todo un líder del proceso, que está en capacidad de incorporar a la totalidad de sus alumnos al mismo, otro es el resultado, que se traduce en el éxito del proyecto y en la posibilidad de entregarle las herramientas a todos los alumnos para que lleguen a ser exitosos.
El viejo modelo de “rajatablas” del que aprendió, aprendió, y si no que se raje, está mandado a recoger, porque desdice totalmente del modelo educativo ideal y productivo.

edgo01@hotmail.com

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