Columna


Los traspiés del sistema de salud

CARLOS GUSTAVO MÉNDEZ

27 de julio de 2014 12:02 AM

El 19 de julio, El Universal publicó la noticia de que la EPS Saludvida fue sancionada con una multa de mil millones de pesos por negarle una droga a un paciente epiléptico de 11 años  de edad, quien posteriormente falleció. La semana pasada, según El Universal, el DADIS impuso sanciones a cuatro IPS de Cartagena por  mal funcionamiento o carencias de requisitos. Estas malas noticias sobre el sistema de salud son recurrentes, no hay día en que en los periódicos locales y nacionales no se encuentre una queja de los ciudadanos por la mala calidad de la atención que reciben de algunas EPS.

Las quejas más frecuentes son: la negación de la  autorización de consultas especializadas o de procedimientos radiológicos o de laboratorio y el suministro de drogas costosas. Pero no es sólo en la atención ambulatoria en donde existen falencias, pues los pacientes muchas veces encuentran los servicios de urgencia de los hospitales atiborrados de pacientes, con las resultas de que se demoran en atenderlos y esto genera ansiedad y rabia en los enfermos y en sus familiares, lo que en muchos casos ha devenido en trifulcas y agresiones a médicos y enfermeras.

Estos problemas son un trasunto de las  falencias del sistema de salud y una muestra patética de los múltiples traspiés que ha tenido la ley 100 en su desarrollo por muchos errores de diseño que tuvo esta norma entre los cuales valdría citar: la falta de supervisión por parte del Estado (esto ha mejorado un poco) y el no impedir la integración vertical que ocasionó que algunas EPS cogieran la plata del sistema para adquirir hospitales.

A estos “lunares” se sumaron las decisiones precipitadas de algunos jueces, quienes mediante sentencias de tutelas dispararon los recobros no POS de forma exponencial (p. e. cirugías estéticas frívolas) lo cual reventó las finanzas del sistema de salud.

Atisbo que el ministro de Salud quiere implementar algunas mejoras al sistema de salud disfuncional que tenemos mediante la creación de una entidad que se llamaría Salud–Mía, que reemplazaría al Fosyga, el cual concentraría todos los recursos que ingresan al sistema y también pagar las cuentas directamente a los  hospitales, con lo cual se acabaría la agonía de estos entes. Ojalá  el Gobierno nacional esté a la altura de las circunstancias y logre reformar mediante una ley ordinaria, el dislocado sistema de salud y le haga mejoras puntuales que garanticen una atención digna. El Gobierno tiene una oportunidad de oro: recientemente la Corte Constitucional  declaró la exequibilidad de la ley estatutaria de salud, lo cual, según los expertos, podría garantizar, entre otros, aspectos puntuales como la atención de urgencia. En fin, es necesario mejorar mediante una reforma radical al disfuncional sistema de salud.

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