El resultado puede ser que la izquierda, con muchos votos menos, tenga mucha más representación en la Cámara que partidos de otras tendencias con mayor apoyo ciudadano.
Una misión de expertos hizo unas propuestas para reformar el sistema electoral que no han merecido suficiente análisis.
Algunas son muy inconvenientes. Por ejemplo, plantearon eliminar la Registraduría. Necesita ajustes, sin duda, pero borrar de un plumazo una institución capaz de producir resultados electorales de casi el ciento por ciento de los votos en un par de horas y de reflejar en ellos mínimas diferencias, incluso cuando van en contra del Gobierno, como ocurrió durante el plebiscito, es una insensatez. La Registraduría tiene que preservarse como una joya. En este punto, por fortuna, se echaron para atrás.
Tampoco es buena ni sana la idea de aumentar las curules en la Cámara de Representantes. La misión propone agregar 34 curules más a las 166 actuales, lo que equivale a 20% más de representantes. A ellos habría que sumar las 5 curules regaladas para las Farc y las 16 adicionales de las “circunscripciones especiales” acordadas con esa guerrilla. Es decir, 55 más, para un total de 221 curules, una tercera parte más grande que la Cámara actual. Cuando debería haber austeridad y la ciudadanía está tan desencantada con la clase política, semejante aumento solo motivará el enfado, y con razón, en el ciudadano del común.
También necesitan mejor estudio las circunscripciones uninominales, en las que, como ocurre con las que se pactaron con las Farc, solo se elige un representante. El motivo de esa propuesta, dicen, es mejorar la representación geográfica, dándole oportunidad de tener congresistas a áreas del país que de otra manera no los tendrían. Lo que parece ignorar la propuesta es que privilegia a un número muy menor de ciudadanos, de forma que en esas nuevas circunscripciones podría elegirse representantes a la Cámara con tres mil votos, por ejemplo, y en cambio en las demás se necesitan decenas de miles. ¿Qué justifica esa discriminación a favor de unos pocos? Pareciera que se quiere privilegiar las áreas con presencia de fuerzas políticas de izquierda, muy minoritarias en todo el país pero dominantes en esas regiones.
El resultado puede ser que la izquierda, con muchos votos menos, tenga mucha más representación en la Cámara que partidos de otras tendencias con mayor apoyo ciudadano. Si a eso se le suman las diez curules que Santos les obsequió a las Farc, además beneficiadas con financiación estatal mucho mayor a la del promedio de los partidos, tendremos un sistema electoral muy desbalanceado que favorecerá de forma antidemocrática a una corriente ideológica.
¿Son conscientes los parlamentarios de la coalición de gobierno de lo que se está jugando?
No se ha hecho público el informe definitivo de la misión, pero habrá que examinarlo con lupa.
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