Siempre he considerado a los “conquistadores” españoles como unos invasores de América y atropelladores de una cultura en su esplendor, sin desconocer que el pago de esa invasión arrojó uno que otro resultado de absorber a la fuerza algunos adelantos de la ciencia que cambiaron la historia de este continente.
Hoy que se busca vida alrededor del universo, es innegable que aquí mismo se destruye, como ocurre en Sucre, tierra de nadie.
¿Qué pensarían los pioneros del departamento? Fue creado por la ley 47 de 1966, sancionada por el presidente Carlos Lleras Restrepo, nombrando al primer gobernador de Sucre, doctor Julio Alejandro Hernández, quien concienzudamente manifestó: “Mi gobierno será de trabajo y justicia social”, según narran los historiadores.
De eso quedó nada, Sucre se debate hoy en la anarquía de las generaciones irresponsables con su presente y futuro, donde las necesidades básicas insatisfechas son de hasta el 81,51% en unos municipios. No le importa a nadie. Eso es macabro.
Así lo he descrito en mis columnas que recopilo en el libro “Macabros de Sucre”, que nos han conducido, ciega y hábilmente al infierno. Infierno que parece no tener retorno, porque se empecinan en destruir esperanzas, que teóricamente es lo único que no se puede perder.
Gobiernos tras gobiernos nefastos, desesperanzadores, se han encargado de timbrar las páginas de este libro “Macabros de Sucre”, que aspiro a dar a la luz pública el 15 de septiembre de este año, sin reservas y aun asumiendo la culpa proporcional que a cada uno nos atañe.
No es posible que pasen inermes ante la historia, alguien la debe reseñar, siendo lo más triste, la participación de las nuevas generaciones, ya sea al frente o detrás del poder de destrucción que se ha ensañado contra esta tierra de 10.670 km 2 de extensión y 826.780 habitantes.
Los hay de todas las clases sociales, de clubes y cantinas, de plazas de toros y corridas, de lino y harapos, mientras Sucre se sigue sumiendo en la miseria.
De los primeros españoles que pisaron tierra sucreña, fue Rodrigo de Bastidas, encargado de “conquistar” y devastar, pero él se le ha quedado corto a los que cada día pisotean este terruño y no son evidentes a la justica, que en más de una ocasión es ciega a los intereses del pueblo.
“Macabros de Sucre” espero sea un libro de recuerdos y presente macabro, para refrescar la historia y evitar repetirla.
“Macabros de Sucre”, igual hace reconocimiento a los benefactores de este olvidado departamento que por supuesto los hay. No es nada de lo que no he dicho, pero agitar la memoria, nunca está, ni estará de más.
“Macabros de Sucre”; ¿usted cree que son solo del pasado?
Coletilla. Los extremos de aspirantes a la duma sucreña; Gabriel Espinosa, alias “el bayo” por el partido liberal curtido (espuelu’o) en política y el pichón de delfín, Pedro Paternina, alias “peyi”. ¿Cree usted que aportan a Sucre? Espero que sí. Llamado a lista: el “peyi”, el “bayo”, etc.
Coletilla: Karina, aspirante por el partido de la U a la alcaldía de Sincelejo, ¿por qué es cabrera?... Así nadie llega. ¿O no?
Coletilla: Dionisio “el hermoso”, ¿conocerá la justicia después de la cena? En Cartagena dicen, ¿Listo pa’ la foto? Y no de las que colgó en las escuelas.
gusmonfe@hotmail.com
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