De los males que le pueden acontecer a uno en la vida es un mal vecino. Se convierte en una tragedia, un karma, ruina económica y de la salud; todo un dolor de cabeza.
Quien cuenta con un vecino que no conoce la tolerancia, el respeto y ante todo la solidaridad, está bautizado con la mano izquierda. A veces es mucho más importante un buen vecino que un familiar a millas de distancia.
Malos vecinos, los hay de toda calaña; los ruidosos, insolidarios, fregones, egoístas, vulgares y peligrosos. Si tiene uno de estos vaya pensando en vender y /o cambiarse, no hay como la tranquilidad.
Resulta que a Colombia no lo podemos cambiar de lugar y nuestro vecino norte derecha, es el izquierdista camuflado de Nicolás Maduro, un ser repugnante, mal educado y lo peor, muy deficiente mentalmente, con poder político y económico, siendo toda una bomba.
El atropello a que somete Maduro a los colombianos es constante, producto de la ignorancia de tan bellaco personaje.
Son cinco millones de colombianos que viven en Venezuela, y que de una u otra forma están sometidos a los vaivenes psiquiátricos del presidente Maduro, al extremo de que las casas de los colombianos están siendo marcadas en un flagrante gesto de xenofobia.
Colombia no tiene la culpa del precio del petróleo, que revienta a Venezuela en pedazos hasta la insostenibilidad, sin embargo, nos toca soportar ser el tiro al blanco del inmaduro Maduro, cada vez que no sabe qué hacer con su país y teniendo la salida a la mano: renuncie y listo. Por lo menos se le acaba el problema personal a él.
La frontera con Venezuela es de 2.219 kilómetros, una de las más pobladas de América del Sur, lo cual enciende el fuego cuando los procesos electorales en Venezuela no favorecen a un oficialismo que no entiende que no puede permanecer más en el poder, y pretende hacerlo avivando un inexistente sentimiento contra Colombia, traduciéndolo a maltrato y atropello
El presidente Juan Manuel se ha pronunciado en términos claroscuros, pero por lo menos ha utilizado la palabra firmeza, con la intención de defender a los colombianos radicados en Venezuela. Ha dicho Santos: “No nos falta ni nos faltará firmeza para defender a todos nuestros connacionales, donde quiera que su seguridad se vea amenazada o sus derechos fundamentales violentados”.
Ojalá se actúe, con firmeza; estoy de acuerdo que con prudencia, pero la firmeza es innegociable. Son 166 niños que a la fecha desde que estalló esta última crisis han sido deportados del vecino país y tratados como delincuentes. Estamos ante una evidente crisis humanitaria.
Coletilla: Dionisio “el hermoso”, alcalde de Cartagena, me informan que ha pensado en descolgar sus autorretratos de las escuelas cartageneras…No creo.
Coletilla: rayos y centellas sobre la candidata a la gobernación de Sucre, Mile, por un supuesto olvido en una intervención. Todo tipo de desmanes en las redes sociales no se justifican; primero la mujer se respeta; segundo los ignorantes atacan sin sentido, debieron escuchar la propuesta de Mile de hacer centros deportivos para evitar que nuestros hijos caigan en malos pasos, es lo que se debió resaltar. Yo como padre y sucreño sí que lo resalto. Los que criticaron despiadada y vulgarmente a Mile, solo dejan claro que son unos estúpidos que en vez de neuronas tienen hiel, que no les permite conducir su frustración y aceptar que Sucre está ad portas de una mujer inteligente, sensible y sencilla.
gusmonfe@hotmail.com
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