El fiscal general de la nación, doctor, Nestor Humberto Martínez Neira, en rueda de prensa, explicó algunos detalles de las capturas del alcalde Manuel Vicente Duque, del doctor, José Julián Vásquez, de la Contralora Distrital, Nubia Fontalvo y del concejal Jorge Useche, escenario donde dió a conocer lo que era un rumor, o un secreto a voces, José Julián Vásquez, era el verdadero poder en la alcaldía de Cartagena, al punto que se le imputará entre otros delitos, concierto para delinquir y usurpación de funciones públicas.
Las revelaciones del fiscal general de la nación, tal vez dejará decepcionados a los ciudadanos que eligieron al periodista, Manuel Vicente Duque, como alcalde de Cartagena, por ser una persona de extracción popular, bonachón, cuyo discurso, estuvo dirigido contra la politiquería, el clientelismo y la corrupción. Curiosamente, hoy capturado, por conductas que atacó en su campaña política.
Manolo fue inferior al mandado recibido por el pueblo, una orden política, que no ha podido cumplir hasta ahora, por cuanto aceptó el modelo de gobierno de las poderosas fuerzas que han destruido y gobernado la ciudad, y según parece de su propio hermano, el doctor, José Julián Vásquez.
Manuel Vicente Duque, víctima y victimario, tal vez en principio bien intencionado, luego, capturado, por un sistema, que además aprovechó su falta de experiencia y conocimiento, en la administración pública, resultando ser, su proceso político una monumental estafa política. Nada ha cambiado, por el contrario, creemos, que seguimos en franco retroceso.
Los hechos de esta y otras administraciones, no son nuevos. En la columna escrita en este mismo periódico, el 27 de junio de 2015, afirmé: Cartagena Distrito turístico, gran patrimonio histórico y cultural de la humanidad, calificada de fantástica, por Carlos Vives, nuestro afamado artista y cantante. Es y seguirá siendo sede de grandes eventos y conciertos de distintos géneros musicales, pero en esta columna no me referiré a los recitales que resaltan la vocación turística de nuestra ciudad, sino de sucesos de la vida diaria y de las acciones de la poderosa delincuencia de cuello blanco, que en traje de gala, se han hecho artistas en apropiarse de lo público.
Sus actos son verdaderos conciertos para delinquir y más en esta época, en donde las oficinas públicas, se convierten en verdaderas bolsas de empleos con fines electorales, sedes del tráfico de influencias, del interés ilícito en la celebración de contratos, que bajo el nombre de contratos de prestación de servicios u otras denominaciones, no son sino, formas delictivas y concertadas de corrupción al elector.
Los conciertos de la corrupción, los carruseles de contratación, las realizaciones y prórrogas de concesiones leoninas, son parte de los festivales que realizan las mafias públicas, disfrazadas de servidores públicos.
La crisis de Cartagena, es la crisis de un país, que no podrá atribuírsele a gobierno del alcalde Manolo Duque, sino a una nueva APP, alianza público privada, en el que se encuentran falsos empresarios, estafadores públicos y una putrefacta clase politiquera, por eso, afirmo, Manolo, es víctima y victimario, tal vez, más lo primero.
La compra de alcaldías gobernaciones, es impúdica forma de acceso al gobierno, que generan en su interior, formas depravadas de gestión pública, que destruyen su legitimidad, desnaturalizan la democracia representativa, es decir, los elegidos, los nombrados, en muchos casos, no representan a la sociedad, sino otros intereses. La deshonestidad, resulta ser forma de vida, del enriquecimiento ilícito y del ejercicio de la función administrativa.
En la columna del 16 de Junio de 2017, apocalípticamente, sostuve, el asunto se torna más apremiante en estos momentos para nuestras autoridades distritales, si se tiene en cuenta que sobre el alcalde, concejales y contralora, pesan investigaciones, que sin duda afectan su credibilidad y reconocimiento, en virtud de que les ronda una posible suspensión o destitución de sus cargos.. Podrían estar de salida. La incertidumbre es total.
En esa misma columna, escribí. Estas circunstancias no deben desalentarnos, por el contrario, la amenaza o rompimiento parcial de la institucionalidad y de la normalidad social son advertencias acumuladas que de seguro tendrán la virtud de provocar alternativas que impacten el desorden que en muchos aspectos vive la ciudad. Todo problema indica el camino de sus soluciones.
Ser realistas, no implica ser pesimistas, la realidad diagnóstica es poderoso instrumento que sirve para plantear soluciones y lograr la superación de toda crisis. La situación es grave, pero es decisivo detonante que permitirá enfrentar estructural y coyunturalmente, los hechos perturbadores de la estabilidad institucional y social. Un cambio es posible.
Es preciso entonces atacar las causas generadoras de las situaciones problemáticas, las cuales están suficientemente establecidas. Las circunstancias ameritan consensos reflexivos y acciones de la sociedad civil. No estamos en el caos total pero estamos muy cerca de él. El impulso de una ciudad equitativa, ética e incluyente es posible. Actuemos.
Adenda . La ciudadanía espera resultados de las investigaciones seguidas contra el ex - alcalde Dionisio Vélez Trujillo.
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