Columna


Maquiavelo

MIGUEL YANCES PEÑA

28 de noviembre de 2016 12:00 AM

El mundo entero, ha dicho el presidente, respalda el proceso de paz en Colombia, y citó varios países de oriente, occidente, medio y cercano oriente, África, y del vecindario suramericano y del Caribe.

Es muy fácil engañar a un mundo indiferente e ignorante de nuestra lengua; de la historia del país y de la CN; que no ha leído ni leerá nunca los acuerdos con las Farc (ni los viejos, ni los remendados, que no son nuevos). No así al pueblo colombiano. Cuánto irrespeto a las mayorías nacionales, que no son sólo los que votaron NO, sino quienes con su silencio no lo apoyaron (el plebiscito era para buscar apoyo), es decir el 83%.

Es imposible ocultar ya que todo este camino, a través de vericuetos legales (también ilegales), salen de la guerrilla, y de quienes le asesoran: está muy claro; nuestro gobierno es esclavo de sus pretensiones. La tapa: Timo pidió un gobierno de transición hacia la democracia, que los incluya (es decir nombrado, no elegido) desde donde ganarse a militares y burócratas a punta de ascensos e incrementos salariales -me atrevo a intuir.

Es una estrategia sucia pero muy útil en política -también fuera de ella- buscarle el “rabo de paja” al contendor, porque así, tirando de él, se puede conseguir de todo. Se necesita mucho valor para soportar la presión de la que sólo se libera, cuando se le muestra el rabo, al mundo que ha engañado. Es la única forma de recuperar la autonomía y la dignidad; y hasta puede suceder que no suceda lo que se teme. Delirio, la novela de Laura Restrepo, muestra un caso en el que, lo que se ocultaba, causa más daño a quien lo revela, que a quien se suponía. De ser este el caso, revelándolo, podría Santos liberarse del dominio de la Farc, y salvar a Colombia.

Quienes representan al NO, es decir a las mayorías, exprimen al máximo el cerebro buscando formas decentes, civilizadas, democráticas, de evitar este zarpazo a la democracia. Han hablado de lograr un acuerdo que una (un pacto nacional) porque dejar un país polarizado alrededor de la paz, no es garantía de sostenibilidad, más cuando se irrespeta la moral, la ética, y la institucionalidad; han hablado de repetir el plebiscito, para mostrarle al mundo quien tiene las mayorías respecto a los acuerdos, pero Santos le teme; han propuesto un referéndum para revocar el acuerdo, y al Congreso que no representa al pueblo, se vendió; y finalmente, han propuesto una constituyente que haga una nueva CN reformando de paso, el aparato judicial. Pero el presidente (quiero decir la guerrilla) quiere seguir el camino del engaño sometiéndolo al Congreso, como si este estuviera por encima de sus electores.

Visto está que no es refrendar lo que buscan, sino imponernos la voluntad de la Farc. Si este es el inicio, se imagina usted amigo lector ¿qué nos esperará más adelante?

 

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