Desde cuando se habló por primera vez de un plan maestro de drenajes pluviales, PMDP, por allá en el año 2008, he venido siguiendo muy de cerca el desenvolvimiento de todas las actividades que se han desarrollado en torno a este importante tema y la verdad es que cada vez lo veo más empantanado que nunca, estoy convencido que estamos muy lejos de un verdadero PMDP.
La razón es muy simple: en esos casi diez años son más los retrocesos que los avances de ese ambicioso proyecto, que como ya lo he dicho en otras ocasiones, no pasa de ser el caballito de batalla, atrapa votos, de cuanto aspirante a la alcaldía se presenta.
Aplaudimos, en su momento, esta iniciativa pues consideramos que la solución a estos problemas, que padecía y sigue padeciendo la ciudad son cada vez más graves y el PMD es una necesidad urgente y de imperiosa implementación, dadas las condiciones que se están presentando con los fenómenos del cambio climático debido al calentamiento global y que en un futuro no muy lejano, afectará grandemente a todas las ciudades costeras, siendo Cartagena una de las top 10, para usar este esnobista escalafón.
Nuestra ciudad, desde la época de las desaparecidas EE.PP.MM., nunca ha contado con un ente que se encargue del adecuado mantenimiento de sus drenajes pluviales. Esto, aunado al crecimiento desmedido y poco planificado de la ciudad, ha causado su deterioro progresivo lo cual se evidencia en las épocas de invierno cuando se presentan inundaciones cada vez mayores en diferentes sectores de la ciudad, razón por la cual se recurre a planes de choque cuya eficacia no dura más allá del próximo invierno.
Como ejemplo de esto tenemos dos estaciones de bombeo de aguas lluvias, una en la Plaza de la Aduana y otra en el Parque del Centenario, que no funcionan por la obstrucción que sufren sus cribas por falta de mantenimiento.
Veo con mucha preocupación que se esté hablando de adelantar un proyecto tan ambicioso y complejo y no se haya pensado en crear una entidad, (llámese ente territorial, corporación, empresa de servicios, concesión, etc.), que se encargue de hacerle seguimiento a los diseños, preparar pliegos de condiciones para licitar las obras, hacer la Interventoría una vez adjudicadas y lo más importante, llevar a cabo la operación y el mantenimiento del sistema.
Es evidente que un sistema tan complejo como el que se proyecta, una vez construido, debe ser asimilado al de un servicio público y como tal, debe ser cobrado a los beneficiarios para captar recursos para operarlo y mantenerlo. Pensar en otra cosa es llamarse a engaños y no hablar de frente a la comunidad.
alfredopineda1@yahoo.com
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