Columna


Maternidad y empleo formal

JAIME BONET MORÓN

10 de junio de 2018 12:00 AM

El efecto del aumento en el tiempo de la licencia de maternidad sobre el empleo femenino ha estado en el centro del debate económico en los últimos meses.

Buscando proteger y crear mejores condiciones laborales para las mujeres trabajadoras, se ha ido incrementando la duración de la licencia de maternidad en los últimos años. Contrario al espíritu de las reformas legales, algunos artículos concluyen que la mayor duración de la licencia estaría afectando a las mujeres porque tienen una mayor probabilidad de permanecer inactivas o informales.

Existe una nueva evidencia que aporta un documento del Centro de Estudios Económicos Regionales (CEER), cuyos principales resultados me gustaría compartir.

Las licencias de maternidad se iniciaron en Colombia con la Ley 53 de 1938, que estableció una duración de 8 semanas remuneradas. Luego, la ley 50 de 1990 extendió la licencia a 12 semanas remuneradas (una de ellas podría ser disfrutada por el cónyuge o compañero permanente) y prohibió los despidos durante todo el embarazo o en los tres meses después del parto. Posteriormente, la Ley 1468 de 2011 amplió la licencia de maternidad a 14 semanas remuneradas y, más adelante, la Ley 1822 de 2017 la llevó a 18 semanas.

La investigación del CEER analiza las historias laborales de más de un millón 700 mil mujeres nacidas en la década de 1980, las cuales tenían empleos formales cuando la licencia de maternidad se extendió de 12 a 14 semanas en julio de 2011. Esto fue posible hacerlo a través de los registros administrativos de la Planilla Integrada de Liquidación de Aportes (PILA), que contiene información sobre las características del empleo y el reporte de licencias de maternidad.

Los resultados del estudio difieren cuando se considera el periodo de análisis. En el corto plazo, las licencias protegen el empleo de las madres. Comparadas con el grupo de mujeres que nunca tomó una licencia, las madres mostraron probabilidades significativamente mayores de conservar sus empleos en los cuatro primeros meses. Por su parte, en el largo plazo, el aumento en la duración de la licencia de maternidad implicaría una mayor probabilidad de salir permanentemente de la formalidad.

En síntesis, se argumenta que el aumento moderado en la duración de la licencia de maternidad no modificó las probabilidades de continuar el empleo ni la duración de una salida temporal de la formalidad. Sin embargo, sí se le puede atribuir una menor probabilidad de reengancharse en otros trabajos y una mayor probabilidad de abandonar permanentemente el mercado laboral formal. Nuevamente, las buenas intenciones pueden terminar en un mal resultado.

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