Columna


Mes del patrimonio cultural

ALBERTO ABELLO VIVES

03 de octubre de 2015 12:00 AM

Septiembre ha sido escogido como el mes del patrimonio cultural; en Cartagena como en el resto del país se programaron actividades para reflexionar y exaltar su enorme diversidad, promover iniciativas para su conservación, evolución y disfrute colectivo. Se quiso estimular la participación ciudadana en la vida cultural y la apropiación social tanto del patrimonio material y construido como del patrimonio inmaterial. Instituciones gubernamentales, no gubernamentales, de cooperación internacional y sociales, museos y universidades se sumaron para ofrecer una abundante y variada programación que culminó el pasado miércoles 30 con el montaje de Changó el Gran Putas en homenaje a su autor Manuel Zapata Olivella, realizado por la Corporación Cabildo en el patio central del claustro de la Cooperación Española.

Se destaca, también, la renovación conceptual y museográfica de las nuevas salas del Museo Histórico, que con el aporte de profesionales locales de alto nivel narran con sustentación historiográfica lo ocurrido en la Inquisición, un ejemplo de las capacidades propias para asumir este tipo de esfuerzos, que se contrapone al desconocimiento que de ellas hacen instancias nacionales para imponer, utilizando los no tan sutiles ni transparentes mecanismos del poder, oscuros intereses.

Las reflexiones identificaron continuidad en los conflictos y tensiones en el tratamiento a los asuntos raciales, la formación de ciudadanía, la inclusión social y la superación de la pobreza, la ocupación del territorio y las ideas de progreso y entre el privilegio al patrimonio arquitectónico y la subvaloración de la población negra. La narrativa de un supuesto paraíso no se ha podido desprender de ese arte tan enraizado de prohibir expresiones culturales y de discriminar y desterrar a la población negra para contar con la ciudad que sueñan promotores turísticos.

Ni en Playa Blanca, Tierrabomba, la Boquilla o los corregimientos del norte ha cesado la ofensiva, que sin descanso y con todo el poder gubernamental y la maquinaria de la expansión inmobiliaria, recae sobre poblaciones afros y pobres.

Mientras tanto, en este mes del patrimonio, el IPCC, coherente con su rosario de errores durante esta administración, insistió en la gestión de una solicitud de inclusión de la principal fiesta patrimonial, las Fiestas de Independencia, en la lista representativa del patrimonio nacional, que desconoce la participación de las instituciones, la academia y los actores festivos durante más de una década en su revitalización; dejó de programar una vez más el desfile de Independencia del 11 de noviembre y en la programación de las fiestas excluyó a las iniciativas barriales que mantienen vivo su espíritu.

*Columnista semanal

albertoabellovives@gmail.com


 

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