Octubre para muchos arranco con el pie izquierdo, a los problemas que actualmente atraviesa el sector salud, se suman los líos económicos, jurídicos y de salud pública que podrían representar las últimas medidas tomadas por los organismos de control en referencia a la venta de Cafesalud y la creación de Medimás.
La noticia se había demorado en salir, desde la creación de esta nueva EPS existían un sinnúmero de dudas relacionadas con su capacidad económica, así como con su capacidad para afrontar el reto de gestionar el aseguramiento de más de 4 millones de afiliados a lo largo y ancho del territorio nacional y su estrategia para afrontar de manera exitosa el desafío de satisfacer las necesidades casi infinitas de sus afiliados con unos recursos limitados.
Desde agosto del 2017 los ojos de los organismos de control estatal estaban puestos encima de esta mega operación, que de ser exitosa, debía satisfacer el anhelo de muchos colombianos por hacer valer su derecho a la salud.
Las cosas desafortunadamente no se han dado como se planearon y hoy el problema está tomando dimensiones preocupantes. Por un lado, está el cierre de IPS donde históricamente se habían atendido, inicialmente los pacientes de SaludCoop, luego de Cafesalud y ahora los de Medimás y que afectaron a los usuarios en varias ciudades del país; por otro lado está el gran reto de garantizar la atención en salud del gran número de afiliados, de pacientes que requieren continuar con sus tratamientos y de otros que necesitan iniciarlos y que por la coyuntura actual podrían verse afectados. También podrían verse afectadas, si no lo están en este momento, todas las empresas que de una u otra manera hacen parte de la red de proveedores de esta EPS y de los cuales muchos ya empezaron a sentir la falta de recursos para continuar funcionando, en esta misma situación seguramente se podrían encontrar muchas de las IPS que ofrecen sus servicios para la atención de los pacientes de esta aseguradora y ni que decir de los profesionales médicos que no solo por esta situación especifica si no por la gran crisis que vive el sector se encuentran en unas condiciones que no son las mejores desde el punto de vista laboral y profesional.
A lo anterior se suma el lío jurídico que se viene ahora, que compromete desde luego a Medimás, pero también a los organismos de control que en este momento están tomando decisiones buscando salvaguardar la salud de los pacientes y garantizar que este problema no alcance dimensiones aún mayores.
En Cartagena y en general en la costa, la situación preocupa a muchos hospitales y clínicas que han tenido que afrontar en el pasado las quiebras y liquidaciones de entidades como Caprecom, que no se han podido recuperar de las perdidas ocasionadas por la liquidación de Saludcoop y que viven las consecuencias de la falta de liquidez generada por el no pago hasta ahora de las obligaciones de Cafesalud. Si a todo lo anterior se le suman ahora los problemas de pagos que se podrían estar generando en la recién creada EPS y los que vienen acumulados de tiempo atrás por los problemas históricos de flujo de recursos hacia los prestadores, la situación podría estar pasando de castaño a oscuro. Lo anterior sin contar con los problemas económicos que se están generando por la atención de los pacientes venezolanos, a los que se les está garantizando la debida atención en salud y a los que hemos acogido con toda la solidaridad que su situación les merece, pero de los que no hay hasta ahora un mecanismo de financiación claro que permita en el corto plazo compensar el costo de los servicios prestados.
Muchos temas delicados para un sector que debería estar enfocado principalmente en mejorar la atención y la calidad de los servicios que presta a sus pacientes, pero que ante esta coyuntura, se ve obligado a enfrentar una crisis economica que esta obligado a superar.
Comentarios ()