Según El Espectador, el 8 de mayo, dos integrantes del grupo Barraca Teatro de Bogotá, fueron amenazados de muerte por un grupo neonazi, en desacuerdo con una de las obras teatrales, al parecer relacionada con la comunidad LGBT.
Estos nazis criollos tienen en su caletre un curioso cartabón ideológico que incluye: negar el Holocausto, una empresa criminal del régimen hitleriano que eliminó millones de judíos, en un delirante programa de limpieza racial y decir que ellos (los nazis locales) son blancos puros, por lo cual proponen un programa de conservación racial, para que la minoría blanca de este país se “desarrolle y consolide”. Otras de sus ideas absurdas son odio a: judíos, mestizos, negros gitanos, partidos de izquierda, sectas cristianas y series de televisión como “Los Simpson” y otros programas que según ellos tienen una inspiración bolchevique y son parte de una conspiración judía para fomentar la homosexualidad y el izquierdismo solapado. Su proyecto político consiste en crear en Colombia una sociedad perfecta y jerarquizada, basada en principios como la supremacía de la raza blanca y su preservación.
Esto era lo que nos faltaba para terminar de embrollar más el violento sancocho nacional, que surjan grupos violentos con ridículas pretensiones raciales, porque Colombia es un país de mestizos, ya que, gracias a Dios, en la Colonia, los españoles, los indios y los negros se unieron en la cama.
Probablemente los jóvenes neonazis criollos no saben lo que significó el Tercer Reich en la historia reciente, en cuanto a brutalidad, desplazamiento forzado de millones de personas, campos de concentración, diabólicos experimentos médicos en seres humanos y en su desprecio total a todo aquel que no fuera de la llamada raza aria.
Además de eso probablemente ignoren que la ideología nazi era un catálogo de boberías tales como el culto a Odín y el uso de la fuerza bruta orientada por la concepción nietzscheana del superhombre y muchas extravagancias más. Este asunto de los nazis criollos no hay que banalizarlo porque en este momento se está viviendo en el mundo entero una especie de “revival” del nacionalsocialismo gracias al llamado fenómeno de reencantamiento que se ha originado en la postmodernidad, lo que ha sido propulsado por la difusión por internet de una “carreta” irracional que se basa en la tierra hueca, el poder mágico de cruz gamada, las ciencias ocultas y el Santo Grial, entre otros asuntos.
Este batiburrillo ideológico de supersticiones y leyendas, combinado con parrandas musicales animadas por música RAC (“Rock Anti Comunista”) y drogas, en locales constelados de cruces gamadas, hace que el adoctrinamiento de estos jóvenes sea un peligro potencial que agrave aún más la violencia nacional.
*Columnista
menrodster@gmail.com
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