La inclusión de la música vallenata en la lista del patrimonio inmaterial de la UNESCO emocionó a muchas personas en el país y se vio como motivo de orgullo nacional. Revisando el detalle de lo que significa esta lista, no me quedó claro si debe ser motivo de orgullo o de preocupación.
La UNESCO establece que los elementos incluidos en la lista de patrimonio inmaterial requieren medidas urgentes de salvaguardia porque enfrentan peligros de extinción. En cuanto al vallenato, la UNESCO dice que su viabilidad se ve amenazada por el conflicto armado, por la aparición de un nuevo tipo de vallenato y por el uso cada vez menor de los espacios callejeros para las parrandas vallenatas.
Esta declaración avivó el debate promovido por algunos vallenatólogos que, desde hace varios años, afirman que “el vallenato se está suicidando” con las creaciones de la llamada Nueva Ola. Algunos consideran que las composiciones vallenatas nuevas son mediocres porque sus autores no emplean la narrativa que caracterizaba a los viejos juglares.
Pareciese que la salvaguardia está destinada a evitar la evolución del vallenato y a condenar a la Nueva Ola. Considero que el vallenato ha tenido una evolución natural de un folclor originado en un mundo rural y que experimentó, como el país, una migración a lo urbano. No creo que el vallenato fuera lo que es sin esa evolución. Si bien la riqueza narrativa de sus primeras canciones fue fundamental, la evolución a una música urbana con mezcla de otros ritmos le ha permitido seguir vigente.
No es posible hablar de un suicido de un folclor con cientos de niños formándose en escuelas en Valledupar. Es muy duro afirmar que no hay compositores buenos. Claro que no componen como los de antes, no se les puede pedir a los jóvenes que crecen en un mundo urbano, composiciones como las de los antepasados que crecieron en uno rural. Ahora, como en el pasado, hay compositores buenos y malos. ¿Podemos condenar a un Kaleth Morales por componer “Vivo en el Limbo”? ¿Qué diferencia hay entre el romance de Escalona en “La Brasilera”, al de Isaac Calvo en “La Gringa”?
La salvaguardia debe servir para enseñar a los jóvenes en las escuelas de vallenato los cantos de nuestros juglares para que partan de ahí y vayan haciendo las creaciones que le permitan al vallenato seguir vigente de generación en generación.
JAIME BONET
jbonetmo@banrep.gov.co
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