Columna


Necesitamos los mejores maestros

JESÚS OLIVERO

05 de diciembre de 2014 12:02 AM

Bolívar está perdiendo y Cartagena ahora no es nada en educación. Es la realidad. Buscar culpables o tirar la pelota a otros es fácil y lo hacemos siempre, como si todos no aportáramos a esa malvada y perversa mediocridad que borra la palabra futuro. Olvidemos esa cháchara. Revisemos los problemas y busquemos soluciones. La respuesta no debe ser sólo pública, también privada. Sin educación no hay progreso. Todos perdemos.

En algunas regiones de Bolívar, la vinculación de profesores de primaria y secundaria es un desorden. He visto iniciar clases en marzo y culminar en octubre, con docentes mal pagados y sin motivación diferente a sobrevivir. Parte de la enseñanza es jugar fútbol, lo llaman recreo, y lo he visto prolongarse por horas. Revisemos las contrataciones, eliminemos intermediarios y recomendaciones políticas, supervisemos la calidad y hagamos de los colegios lugares en donde estudiantes y profesores quieran estar y disfrutar. Concentremos muchos esfuerzos educar, y si queda algo, volvamos a invertir en educación. 

Entregar tabletas sin internet, invertir en infraestructura, dar almuerzos, no basta. Necesitamos superprofesoras y superprofesores. Esto es complejo y llevará tiempo, pero debemos iniciar la cruzada. Nuestros docentes necesitan capacitarse y enseñar lo que saben, no cualquier asignatura, y deben tener vocación de maestros. Sin entusiasmo, sin deseos de enseñar, no hay posibilidad de mejorar.   

Es necesario censar a los docentes, evaluarlos y establecer sus fortalezas y debilidades. En donde haya limitaciones, intervenir y motivar para ser los mejores. Donde se detecten fortalezas, identificar los escenarios y contextos que las produjeron para que esa información sea un insumo a implementar. La preparación de los profesores debe ser permanente y darse dentro y fuera de su institución. Involucremos a las universidades locales con calidad en este proceso. No regalemos recursos a instituciones andinas, invirtamos en las nuestras.

Reconozcamos públicamente a los mejores profesores de cada institución, municipio y departamento. Que ese día sea especial y los medios los conozcan. Nuestros profesores deben ser más importantes que la farándula y los reinados.

Hagamos la brigada de las pruebas Saber. Grupos de docentes excelentes asisten a cada colegio y refuerzan conceptos, enseñan tips para responder preguntas típicas de ese examen y hacen simulacros, entre otras rutinas de aprendizaje. Eso cuesta dinero. Si pudiésemos quitarle al menos un cinco por ciento a la corrupción, nuestra educación fuese de las mejores en Latinoamérica.   Es posible, trabajemos juntos y detengamos esta debacle.

*Profesor
jesusolivero@yahoo.com
@joliverov

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