Columna


“No sabe, no responde”

EDMUNDO LÓPEZ GÓMEZ

12 de mayo de 2015 12:00 AM


Así anotan los encuestadores la actitud de la gente indiferente o carente de información sobre una determinada pregunta. Sucede también que cuando se le solicita a funcionarios del Estado que respondan a inquietudes válidas sobre asuntos de interés general, algunos optan por el silencio, como nos sucede con el ministro del Interior, nuestro amigo Juan Fernando Cristo, a quien dirigimos una carta hace más de quince días acerca del proceso de paz. Hasta ahora el ministro ha preferido no responder pero habrá que pensar que no precisamente por falta de información.
Cuando ello ocurre, no con encuestadores sino con quienes somos columnistas de opinión, el asunto no puede resolverse con poner la nota, como se hace sobre el formulario de las encuestas, “no sabe, no responde”. No. Para el columnista, la actitud no puede ser esa. Deberá insistir, en cambio, en obtener la repuesta del funcionario para hacerla trascender en los mismos espacios en que planteó sus inquietudes, sin que sea necesario recurrir al derecho de petición que la ley concede a los ciudadanos para que se tramiten y respondan sus memoriales respetuosos. 
Según pueden dar fe los lectores de esta columna, en la carta dirigida al ministro, -autor de la ejemplar Ley sobre Víctimas- para más señas -, planteamos que si no se imponía entre las partes un compromiso de respetar las normas imperativas del DIH, desconocidas hasta ahora por la ocurrencia de hechos atroces o de lesa humanidad en nuestro conflicto, habría que recurrir al procedimiento institucional de la consulta nacional popular, a través del cual desarrollaría el Presidente de la República las facultades que tiene para dichos efectos. (art. 104de la C.N)
Le planteamos con otras palabras al ministro del Interior que la consulta debía orientarse a conocer la voluntad del pueblo colombiano, en cuanto a si prefiere  que las negociaciones sigan dándose en la guerra o si en cambio, prefiere que se cumplan dentro de un cese bilateral del fuego y de las hostilidades. 
No se pueden soslayar los términos del dilema planteado. En verdad, si queremos terminar una guerra insensata, sólo dentro de la opción del cese bilateral al fuego y a las hostilidades puede surgir un acuerdo de paz que genere credibilidad y respeto; propuesta inspirada dentro de una visión humanitaria frente a  hechos de guerra prohibidos e intolerables ocurridos, para evitar su repetición, y más allá de condenas retóricas.
Y, como apreciación final, apuntamos: el DIH no se puede fraccionar en cuanto a su cumplimiento con concesiones humanitarias parciales como se pretende en La Habana.
La carta al Ministro es de interés público y debe responderse no solo por cortesía.


*Ex congresista, ex ministro, ex embajador.

edmudolopezg@hotmail.com

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