El contraste entre extraordinarias posibilidades vs gigantescas dificultades de Cartagena fue una vez más destacado en el foro “Construcción Colectiva de un Patrimonio de la Humanidad”, desde sus inicios en los planteamientos del historiador Alfonso Múnera.
El poder de una inercia generada por una tradición de irracionalidad y corrupción se aprecia en el contraste entre los logros de la administración saliente y su incapacidad de liberarse de esa inercia de favoritismo, priorizando el interés particular sobre el colectivo e indolencia en el manejo de los recursos. Si bien esfuerzos como repavimentar vías y el impulso y puesta en operación de Transcaribe demuestran que en Cartagena sí se puede, se continúan presentando situaciones que muestran como a pesar de sus avances, ella no logró escapar del todo esa inercia.
Obviamente no se puede esperar que una administración municipal resuelva la totalidad del enorme cúmulo de problemas que aquejan a Cartagena. Menos aún que esta responda por los heredados, como responsable por los sobrecostos de Transcaribe; por el despropósito del túnel de Crespo- puente de Marbella y por el zarpazo de la playa de Karibana.
Pero al alcalde saliente sí se le pueden dirigir preguntas para que explique despropósitos como la nueva organización vial entre Manga y Getsemaní o los niveles de las tarifas de energía cobradas por Electricaribe. Dicha organización, forzando a los conductores a dar vueltas inverosímiles y concentrando el tráfico en el Pedregal y la calle Larga, mientras deja subutilizada esta, es tan absurda y ha causado tal desastre en el tráfico que surge la pregunta: ¿por qué se libera del tráfico a los negocios de la calle Larga y la calle del Arsenal y se castiga con una congestión espantosa a los pobres de la calle del Pedregal y de la calle de la Media Luna?
Similarmente, si bien no es de la responsabilidad del alcalde, aunque sí del personero (en funciones diferentes pero complementarias a las de la Superintendencia), es el despropósito de la razón entre calidad y costo del servicio de energía: ¿por qué la energía en Cartagena cuesta a los ciudadanos de 4 a 5 veces más que en Bogotá cuando hay sectores de la ciudad que sufren frecuentas apagones?
Es la tradición de sustituir la racionalidad social, por la oportunista individual (priorización del interés privado sobre el del colectivo) y de ineficiencia indolente, una tradición de la cual ya en Cartagena resulta muy difícil escapar: ¿lo logrará la administración entrante?
*Rotaremos este espacio para mayor variedad de opiniones.
Consultor Desarrollo Económico
rchicave@gmail.com
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