Columna


Óptima asignación de recursos

RODOLFO SEGOVIA

14 de septiembre de 2013 12:02 AM

Los Medias Rojas de Boston y los Dodgers de los Ángeles son firmes candidatos para enfrentarse pronto en la Serie Mundial de béisbol. Tienen asegurado su paso a la postemporada. Llegar a ello después de mediocres campañas el año pasado es una lección en óptima asignación de recursos.

Una precisión: los equipos de grandes ligas son empresas privadas. Sus dueños, aparte de suscitar orgullo cívico y dar felicidad a sus hinchas (solidaridad social empresarial), atienden al estado de pérdidas y ganancias. Contabilizan ingresos y asientan costos, principalmente salarios de jugadores.

Ahora bien, en agosto de 2012 Medias Rojas y Dodgers sorprendieron con el más colosal negocio en la historia del béisbol. Los primeros cedieron US$ 250 millones de cinco años en salarios de estrellas, todas de primer orden, que en Boston no estaban rindiendo y pesaban en el P y G. Los Dodgers, con nuevos dueños y un mercado subexplotado en Los Ángeles, pensaron en cambio que los atletas tenían todavía mucho aire y energizarían la hinchada.

El riesgo era de cuidado. En las Grandes Ligas se aplica un sistema de multas cuando los equipos exceden el máximo permitido en los salarios promedios para la temporada.

Los Yankees de Nueva York han pagado US$ 253 millones en la última década, con poco que mostrar. Desde cuando se acordó el sistema en el 2003, se han alzado con sólo una Serie Mundial. No basta ser rico, cuenta la buena asignación de recursos. 

Los Dodgers añadieron más nómina de calidad, al punto de que, con salarios por valor de US$ 234 millones este año, pagarán US$ 29 de multa, la más alta del béisbol. Una adquisición es el joven desertor cubano, Yasiel Puig, que dará de qué hablar. Los resultados han sido sufridos. A la mitad de la temporada, los Dodgers andaban últimos en su división, pero despertaron y ya no hay quién los alcance.

Los Medias Rojas tomaron otra ruta, escaldados por la frustrante y costosa lluvia de estrellas.

Al excelente núcleo remanente incorporaron piezas escogidas sin ser onerosas, ajustadas a su sistema de juego, que contribuyeran a la armonía en el dugout. Contrataron, además, un gran gerente (manager), capaz de inspirar a sus colaboradores. Resultado: los Medias Rojas no han abandonado la punta en casi todo el año.

Medias Rojas y Dodgers, entonces Brooklyn Robins, se enfrentaron en una Serie Mundial casi que en tiempos de don Sancho Jimeno, el héroe de Cartagena en 1697. Era 1916 y, por entonces, los de Boston dominaban el béisbol organizado. Con su lanzador estrella, Babe Ruth, Medias Rojas triunfaron de nuevo.

En épocas en que no relevaban a menos que el pitcher se desmayara en el montículo, el Babe permitió sólo una carrera en 14 estoicos episodios. Se fue en blanco al bate. Dos años después, lo vendieron a los Yankees para pasar a la leyenda como jonronero.

Nació la Maldición del Bambino, pero eso es otra historia.

*Ex Ministro

rsegovia@axesat.com

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