Columna


Otra ciudad sí es posible

GUSTAVO EMILIO BALANTA

03 de diciembre de 2014 12:02 AM

En el afán de ponerme los zapatos viejos para no remedar a la caterva de vencejos, los uso para explorar y constatar un legado de mis abuelos que me manda a ser firme en las convicciones, seguro de los valores y comprometido con las nobles causas de nuestro pueblo. Ellos hacen parte de él. Así pasaron nuestros años, y con coherencia participamos en el Proyecto Visión Cartagena, convocado, organizado y ejecutado por Funcicar.

En jornadas amenas, colectivas y con aportes de voluntades diversas, se hilvanó una maqueta de ciudad incluyente, tejida con las brisas del presente para un cielo futurista de nubes brillantes. Este esfuerzo unitario tiene que concretarse como un aporte cierto a la paz, ser ejemplo de democracia propositiva y referente de ejecución de políticas y acciones que acorten la iniquidad social.

La ciudad del Joe sufre una vergüenza que nos reclama portarnos distinto. Esa policromía de pensamientos vaciados en Visión Cartagena debe tallar una ciudad sin las dolencias de hoy. Tenemos el imperativo ético y humanista de actuar por los objetivos de Visión Cartagena, nos comprometimos con una férrea voluntad política, un desprendimiento económico, una Kasimba de convivencia social y una Kankurúa espiritual.

La planeación exige concordancia con un nuevo modelo de desarrollo acoplado a los nuevos acordes. Lo que hoy compartimos, y que es parte de ese gran acuerdo, es una hoja de ruta sin desvíos.

Visión Cartagena es un pacto social por una nueva Cartagena posible y tiene en el debate electoral del 2015 cómo habilitar a los actores capaces de interpretar esta partitura.

Agradezco a Alicia Sáenz, Nabil Báladi, Carolina Calderón, al equipo de FUNCICAR, al de Visión Cartagena, y al Colectivo Comba Internacional por este óleo de una Cartagena que se ocupa de la gente y su aporte inmaterial. Este proyecto demuestra que sí podemos dialogar entre las diversas Cartagenas y encontrarnos; sólo que en este juego las reglas son sagradas para un buen arribo. El reconocimiento que hoy recibimos reafirma el proyecto de vida que adelantamos por encargo de las y los mayores idos y los que están. ASHE..OGUNYÉ.

Retomamos al Maestro Kike Muñoz cuando nos recrea las escenas de las y los afroamericanos esclavizados que crearon el Jazz, los Blues y el Góspel como bálsamo para mitigar el dolor por la ignominia de que fueron víctimas. Hoy las y los afros tomamos la champeta, la cumbia, el mapalé, la chalupa, el bullerengue y el lumbalú como un sorbo espiritual al ritmo del tambó, en función de la Cartagena posible. La paz, la democracia real y la justicia social reciben el sol, dejemos los paraguas en los andenes porque todos ponemos, todos podemos y todos ganamos. Sheshe ba Sheshe.
*Fundación SURCOS

balantaconcejal@gmail.com

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