Columna


Otra de salud

CARMELO DUEÑAS CASTELL

09 de diciembre de 2015 12:00 AM

Aquella noche el pequeño convulsionaba febril. La providencia, la esmerada atención y sabias decisiones de su pediatra lo salvaron. A partir de allí, a los padres no les alcanzaría, como a muchos otros, el resto de la vida para agradecer semejante milagro.

Durante muchos años, como neonatólogo, pediatra y director médico de la clínica madre Bernarda salvó centenares de vidas. Con su sincera y ruda honestidad, en veces incomoda y exótica en estos tiempos de amable hipocresía, siempre puso en primer lugar a sus pequeños pacientes.

Ustedes han sido testigos de la tragedia de nuestro sistema de salud. Está claro que el ministro Gaviria hizo un gran esfuerzo por sanear las finanzas del sistema de salud, corregir sus falencias y hacerlo más eficiente.

Todo indica que una EPS pública, Caprecom, con más de 100 años de historia, desaparecerá y sus afiliados pasarán a otras EPS. Por otro lado, una EPS privada, con menos de 25 años, que demostró ineficacia, ineptitud y corrupción y que estuvo intervenida varios años, seguirá con otro nombre. Se trasladará todo a otra empresa, Cafesalud, parte del mismo conglomerado Saludcoop.

El gobierno dice que así no habrá traumatismos y garantizará los servicios. Puede que financieramente sea lo mejor. Pero no es fácil creer que la salud y el futuro de millones de colombianos este en buenas manos al pasar a una EPS que no se destaca por su eficiencia al atender la salud.

La idea del ministerio es que la EPS sea manejada por el estado mientras se vende. Según el ministro los usuarios, médicos, enfermeras y personal administrativo de Saludcoop se trasladarían a Cafesalud. Esto sería, prometió, sin dificultades para atender los pacientes y sin deteriorar salarios ni con despidos. Sin embargo, en Cartagena, ya varios empleados están en el limbo. Uno de ellos es el pediatra Abel Martínez Rapalino. A raíz de ello ha habido inconformidad en gremios médicos quienes estudiaban el caso para evitar semejante atropello e injusticia. Los padres de familia de pacientes pediátricos de Saludcoop y Cafesalud solicitan reintegrar al Dr. Martínez, destituido sin justa causa.

El Dr. Martínez podría haber usado recursos legales y hubiera logrado ser restituido y/o una jugosa indemnización. No lo hizo. Aún adolorido por la injusticia y por el desaguisado burocrático que, de un plumazo, le arrebató 16 años de entrega y sacrificio y la posibilidad de atender sus pacientes, reconoció que no vale la pena seguir con tales empresarios y que quizá le hicieron un gran favor. Lamentable, eso sí, pierden la empresa y sus pacientes pediátricos. Es otro doloroso ejemplo de que en la salud colombiana parece que lo más importante no son los pacientes ni los médicos.
 

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