Columna


Panorama sombrío

JUAN FRANCISCO CONRADO OVALLE

15 de octubre de 2015 12:00 AM

A escasos días de las elecciones del alcalde Mayor de Cartagena de Indias (entre otros), la escogencia del nuevo mandatario de la ciudad es aún incierto de acuerdo a las encuestas de intención de voto publicadas por diferentes medios. A pesar de que muchos aspirantes llevan más de dos años haciendo proselitismo, se aprecia que todos los candidatos han orientado sus campañas a repartirse la torta del veinticinco al treinta por ciento que tradicionalmente vota, disputándose esa porción de electores con prácticas tradicionales, sin apuntarle a estrategias que les permitan conquistar ese setenta por ciento de población abstencionista indiferente o que aun no ha decidido por quién votar.

A pesar de la cantidad de aspirantes a la alcaldía, no generan credibilidad y confianza, ya sea por sus antecedentes, pobres propuestas a los múltiples y crecientes problemas de la ciudad, prácticas clientelares o por la financiación de sus campañas. Algunos invierten grandes sumas de dinero, sin conocerse sus fuentes, lo cual hace presumir que son dineros de dudosa procedencia, siendo pertinente que las autoridades electorales y los organismos de control actúen pronto para preservar lo poco que nos queda de esta democracia imperfecta.

La ciudad está en un punto de quiebre, el nuevo alcalde tendrá que recuperar la credibilidad en la administración pública para lograr un buen gobierno, siendo necesario conocer los principios y valores que soportarán la Administración, debiendo ceñirse a ellos los diferentes grupos estratégicos de la ciudad. Es fundamental:

1°) prevalencia del bien general sobre intereses particulares, con respeto a la normatividad; 2°) que los dineros públicos sean sagrados, sin despilfarro ni apropiación por terceros; 3°) atender oportunamente a los requerimientos de los ciudadanos sin distingos de ninguna naturaleza; 4°) respeto y defensa del medio ambiente y recursos no renovables.

El buen gobierno exige proyectar la ciudad mas allá de los cuatro años del alcalde, necesitándose construir tejido social mediante la participación ciudadana, siendo imperativo definir propósitos de ciudad a largo plazo, entre los cuales podemos señalar: A) ubicar la educación pública en 20 años dentro las tres mejores en el país;

B) hacer de Cartagena en 16 años la ciudad más arborizada y de mejor paisajismo del país; C) reducir los embarazos en adolescentes en un 20% anual de manera progresiva.

El panorama es sombrío, por la hipoteca con los financistas de muchos candidatos. Por eso se ven a los indecisos y al voto en blanco en las encuestas.

Jconrado51@yahoo.com

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