¿Qué pasará con el dólar? ¿Seguirá subiendo de precio o devolverá por debajo de $2.000? ¿Es mejor comprar dólares ahora o esperar? Esas son las preguntas cotidianas que hace la gente a quienes se supone que saben de economía y conocen los secretos del mercado cambiario.
Para fortuna de los economistas existe un método para responder estas preguntas con una probabilidad de acertar del 50%, que es mayor a la de sofisticados modelos econométricos. Basta lanzar una moneda al aire; si cae cara, seguirá la devaluación, y si cae sello, el precio del dólar volverá a bajar.
Ante tal incertidumbre sobre el futuro, es más seguro pronosticar el pasado o por lo menos tratar de entender qué factores pueden explicar el comportamiento reciente de la tasa de cambio.
La principal causa de la subida del precio del dólar ha sido el anuncio del Federal Reserve a mediados de mayo del año pasado de que pensaba empezar a disminuir la emisión mensual de USD 85.000 millones; bastó el anuncio para que la mayoría de las monedas del mundo se devaluaran frente al dólar, porque los capitales especulativos entendieron que era hora de volver al refugio del dólar y empezaron a salir de los demás países.
El peso no fue la excepción. La tasa de cambio pasó de $1.845 a $1.930 entre el 15 de mayo y el cierre del año, una devaluación del 4,6%. Extraña que otras monedas se hayan devaluado mucho más: el peso mexicano 7%, el sol peruano 7,1%, el peso chileno 10%, el real brasileño 17% y la lira turca 18%.
La explicación es que el año pasado Colombia se vio menos afectada que otros países con la salida de capitales; más aún, el 2013 fue un año récord en ingreso de capital extranjero, sobre todo de créditos y capitales golondrina.
En los primeros nueve meses del año pasado la deuda externa del país aumentó USD 11.500 millones (un 14,5%), repartidos entre USD 6.300 millones del sector privado y USD 4.200 millones del sector público; por su parte, hasta octubre los ingresos de capital de corto plazo llegaron a USD 4.900 millones, con un crecimiento de 128% respecto del año anterior. Es el resultado de la política equivocada del Ministerio de Hacienda de seguir atrayendo estos capitales que aumentan la vulnerabilidad externa del país.
Este año el precio del dólar en Colombia empezó a subir más rápido que en otros países, y ya llegó a $2.050. De nuevo la explicación está en los flujos de capitales golondrina, que ahora sí se frenaron, tal vez como reacción al Banco de la República, que mostró que no le preocupa esa devaluación, pues siguió comprando dólares y no ha subido la tasa de interés, como sí lo hicieron otros países. Bienvenida esa decisión del Banco, y ojalá se mantenga aunque el dólar siga subiendo.
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