Las interpretaciones y sustentos del plebiscito ya son harina de otro costal.
Con estrategias o sin ellas, el pasado 2 de octubre la democracia mostró una ciudadanía influyente y dividida casi en partes iguales, y de manera indirecta, la carrera por las próximas elecciones presidenciales.
El hueco fiscal de los $23 billones anuales dejados de percibir por la baja petrolera, nos convoca a pedirles a los congresistas el diseño y aprobación de una reforma tributaria que garantice por lo menos, el equilibrio económico. No es dato menor que Colombia pasara de manejar un PIB de US 378.544 millones en 2013, a US 274.135 millones en la actualidad, bajando así del puesto 32 al 41 en el escalafón mundial de países.
El alcalde y los concejales debemos entender que el lobby político para buscar recursos es necesario, pero la reforma al estatuto tributario local y aprobación de un POT visionario, serán más importantes como columnas para la competitividad de Cartagena en la próxima década.
Faltando dieciséis meses para una nueva elección de congreso se escuchan voces del no al incremento del IVA, y se presume una débil reforma tributaria. Creo que tanto los del Sí y los que No apoyaron los acuerdos queremos una verdadera paz, pero hay que planificar y tener una visión a 20 años. Transformar lo que hasta ahora ha sido reiterativo, no es fácil, pero se puede.
Nuestra actualidad preocupa, ¿cómo hablar de paz con solo 1.000 cupos semestrales en la Universidad de Cartagena? ¿Dónde está la paz con 151 mil trabajadores informales?
Hemos perdido tiempo e inversiones; años de consulta con nuestros empresarios y ciudadanos cuyos aportes al borrador del Plan de Ordenamiento Territorial han sido significativos. Propuestas sugeridas por los gremios y Camacol, han naufragado bajo el concepto de profesionales foráneos haciendo inexacta la proyección.
Hay que generar un polo de desarrollo para la zona norte, y en lo tributario quien tenga más que pague más. El distrito no puede seguir permitiendo que los poseedores y/o propietarios de islas, evadan la obligación del predial declarando metrajes inferiores.
Señores congresistas, ojalá lo expresado por algunos de ustedes de acabar con el mimetismo de fundaciones y organizaciones “sin ánimo de lucro” sea una realidad, como quienes juegan con los aportes de los usuarios en los supermercados para inversiones sin cuenta.
Cartagena necesita proteger su turismo e invertir en el talento humano, porque la paz sin inversión social es vivir de ilusiones.
*Concejal partido de la U.
COLUMNA DEL CONCEJO
protocoloconcejodecartagena@gmail.com
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