Columna


Paz sostenible

GIL ALBERTO FALCÓN PRASCA

29 de julio de 2016 12:00 AM

Seremos los colombianos, con nuestro voto en las urnas, los que diremos no más guerra, para siempre, abrazamos la paz y la democracia como el camino justo y necesario en la solución de nuestras discrepancias políticas y sociales.

Quienes le apostamos a la transformación del Estado, de la sociedad y a la ampliación de la democracia, votaremos por el sí. Las generaciones futuras agradecerán el gesto pacífico y fraterno de nuestra decisión de hoy, les permitirá construir una sociedad pacifica, solidaria, respetuosa entre los seres humanos y con la naturaleza.

La construcción de paz para las generaciones más jóvenes de Colombia es un deber, por sus capacidades y facultades para transformar las realidades del país y porque la paz solo será sostenible mediante su involucramiento y participación.
Los Acuerdos de paz, serían un modelo de construcción de política pública que se traduce en agendas públicas, agendas de gobierno y programas de acción de los poderes públicos para cumplir los fines esenciales del Estado.

La terminación de un conflicto armado y la consecución de una paz duradera conllevan a un proceso de reformas democráticas de orden constitucional, legal e institucional. Políticas públicas que garanticen la realización del Estado Social de Derecho y la implementación de los acuerdos de paz.

La garantía de no repetición de nuevos conflictos armados reside en el cumplimiento de las élites y de los gobiernos que hagan posible la democracia participativa y la superación de la desigualdad y la miseria.

La clave para la construcción de la paz está en el ámbito de políticas públicas progresistas, incluyentes y distributivas, con perspectiva territorial, que superen el lastre de la desigualdad, la exclusión social y política. Los sectores sociales alternativos y movimientos políticos democráticos en Colombia venimos empeñados de tiempo atrás en la construcción conjunta de un plan estratégico de campaña por la paz. Juntar los esfuerzos sobre los ejes fundamentales de la movilización, la organización, la difusión y la pedagogía para ponerle fin al conflicto armado.

Necesitamos una verdadera unidad de propósitos para fortalecer la unidad de acción, prerrequisito fundamental para que en septiembre de 2016, tengamos más de 10 millones de votos por el sí a la paz.

Firme con este compromiso se realizarán jornadas nacionales y regionales de sensibilización por el sí en el plebiscito, en especial una de carácter nacional el 17 de agosto de 2016.

Debemos meterle pueblo a la paz en las urnas, convencer a los abstencionistas, los jóvenes, para hacer que un sueño se haga realidad de una paz duradera y sostenible.

GIL FALCÓN PRASCA
cutbolivar@gmail.com

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