Columna


Peatonal y agua (IV)

JOSÉ WILLIAM PORRAS

17 de noviembre de 2016 12:00 AM

Este es el cuarto artículo que escribo sobre el mismo tema, pero no puedo dejar de hacerlo hasta tanto no se corrija y atiendan las inquietudes de los habitantes de dos de los barrios más importantes de Cartagena. Cada vez que llueve se inundan Bocagrande y Castillogrande sin que las famosas válvulas pico de pato instaladas para evitarlo muestren ser eficientes.

Leía en el periódico Gente Bahía, “Qué pasa con las válvulas pico de pato” a raíz de que la avenida Chile sigue anegándose, precisamente donde están instaladas dichas válvulas. El periódico consulto al ingeniero civil Rizo Pombo quien concluye: “me parece que hay más improvisación que ingeniería en ese tema” y la SIAB manifiesta lo mismo (El Universal 14-11-16), lo cual no solo es grave, sino que muestra la incapacidad de la administración distrital de atender oportunamente los señalamientos que se han hecho sobre el mismo tema, desde antes de contratarse la remodelación del paseo peatonal de Bocagrande y Castillogrande (Paseo y agua. El Universal 6-12-14), donde indicaba ¿Por qué no pensar en una solución integral paseo peatonal-control de inundaciones?

Por otra parte el interventor, el ingeniero civil Edgardo Martínez Pareja manifiesta que las válvulas fueron adquiridas con la asesoría de Aguas de Cartagena y que espera un concepto técnico de la compañía barranquillera que produce las  válvulas y que visitó la obra el 26 de octubre. Seguramente vendrá una propuesta de otra solución, mas sobrecostos. El valor inicial fue de 8 mil 678 millones, adicionándose 2.222 millones. Mientras tanto, los habitantes de estos barrios seguirán sufriendo las inundaciones.

Pero igualmente si se caminan los dos kilómetros del paseo peatonal, se pasa por diferentes paisajes de vegetación y ornamentación, desde el más hermoso (frente a la caracucha), hasta el más insípido de vegetación en varios tramos. Si bien el paseo no ha sido recibido por la administración, tampoco se ven trabajadores, lo que hace suponer que está terminado, o sea será un paseo inconcluso y poco agradable para caminar, (hay también desniveles en las losas de concreto).

La secretaria de infraestructura y el interventor no han recibido las obras, pero tampoco se trabaja en ellas para terminarlas desde hace dos meses, es decir -reiteramos- será otra obra inconclusa (lleva dos años, con 11 meses de retardo, se suponía que la administración anterior recibiría esta obra en diciembre del 2015), o ¿vendrá una inversión adicional para terminarla?

Los entes de control (Contraloría y Procuraduría) tienen la última palabra para defender la inversión pública, sería inadmisible que sigamos igual como si nada pasara, se debe responder por su correcta inversión, cada inundación nos lo recuerda. ¿Qué esperamos?

jwporras@balzola.org

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