La explotación sostenible del turismo, los derechos ciudadanos y la conservación del patrimonio material e inmaterial en una ciudad como Cartagena están estrechamente ligados y deben ser abordados en 2014 con urgencia, eficiencia y mucho compromiso.
Por ello la información de que el Ministerio de Cultura expedirá en breve el Plan Especial de Manejo y Protección del Centro Histórico (PEMP) es un parte de esperanza. El PEMP es el documento central de planeación y gestión del patrimonio cultural y con la voluntad política adecuada acompañándole, podría convertirse en el eje de decisiones sectoriales sobre turismo, cultura y patrimonio, que hasta ahora no coinciden en objetivos comunes.
El proyecto normativo del PEMP viene construyéndose por el gobierno distrital desde hace más de siete años y recibió aprobación del Consejo Nacional de Patrimonio en 2011, luego fue sometido a varias actualizaciones por el vaivén institucional de los dos últimos años, en las que confiamos que los intereses privados no hayan penetrado.
La importancia del PEMP es tal, que en su contenido señalará por fin cuál es la entidad del Distrito responsable de la administración del Centro Histórico, definirá las fuentes de ingresos para sostenerlo y consagrará estímulos a los habitantes para permanecer allí. Decidirá sobre el uso de cada una de las edificaciones. Establecerá los límites de las alturas y densidades de construcción en la zona de influencia constituida por barrios como Manga, Pie del Cerro, Chambacú y Cabrero.
Más allá de los ires y venires del PEMP, poco sabíamos de su estado y contenido hasta que hace poco la Sociedad de Arquitectos, Regional Bolívar, propuso divulgar el último proyecto y provocó varias reuniones de expertos que entregaron conclusiones urgentes al Alcalde Dionisio Vélez, cuya respuesta debería conocer la opinión pública.
¿Seguirán convirtiéndose indiscriminadamente las edificaciones del Centro en hoteles, bares y restaurantes? ¿Puede construirse un complejo privado con torres altas una vez que la Armada venda sus terrenos a la entrada de Bocagrande? ¿Cuáles serán los límites de altura en Chambacú, o en Manga?
Seguir sin un instrumento de gestión y planificación de la ciudad histórica es seguir improvisando y estar a merced de la discrecionalidad del mandatario de turno y del poder de agencia que tienen personas o grupos para orientar y ejecutar decisiones que poco tengan que ver con el interés general.
Es muy importante conocer pronto el contenido final del PEMP, y que su aplicación reoriente con reglas claras y transparentes la acción estatal. Es mucho lo que está en juego para el futuro de Cartagena.
*Abogada, Investigadora cultural
@irinajunieles
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