Columna


Petro y la revocatoria

JORGE TIRADO NAVARRO

03 de julio de 2013 12:00 AM

JORGE TIRADO NAVARRO

03 de julio de 2013 12:00 AM

Avanza el proceso de revocatoria en contra del alcalde Petro. La iniciativa se ha nutrido, como lo sostiene su principal promotor, de un descontento ciudadano que castigaría la improvisación en: el intento de fusionar las empresas de servicios públicos, en contravía del régimen jurídico que las regula; el manejo ineficiente de las basuras; y la inestabilidad permanente en el gabinete distrital.
Es paradójico que la iniciativa ciudadana que busca revocar el mandato de Petro pueda terminar salvándolo. Si Petro triunfa en las urnas y refrenda su mandato, obtendría el músculo político para terminar su administración. Se convertiría en el líder político de Bogotá, lo que ratificaría a esa ciudad como territorio de la izquierda democrática.
Si la revocatoria próspera, Petro podrá alegar que su mandato no se frustró por su incapacidad administrativa, sino por una confabulación de la derecha y los contratistas –huérfanos de poder- que lo sacaron a sombrerazos de la alcaldía, adquiriendo rasgos de mártir político.
El proceso de revocatoria favorece a Petro: lo sitúa en el escenario de la confrontación ideológica, le facilita exacerbar el discurso de  lucha de clases, le permite desplegar toda su capacidad política y dialéctica, a la vez que aleja el reflector de los medios de comunicación de los problemas de administración y ejecución que lo tienen contra las cuerdas. La revocatoria lo acerca al ejercicio de la política, le permite rememorar sus épocas de congresista brillante, y lo aleja del quehacer administrativo, en el que ha demostrado algunas falencias.
Además, la revocatoria le servirá para comunicar sus más importantes logros, tales como el descenso en la tasa de homicidios, la firma del contrato de estudios y diseños del metro pesado, la escolarización de cientos de niños y la mejoría en la prestación del servicio de salud.
El mayor desafío de Petro no es la revocatoria del mandato sino el proceso que adelanta la Procuraduría, que podría finalizar con una sanción, lo que abre el debate sobre la legitimidad de esa institución para suspender o destituir a funcionarios de elección popular por desacuerdos con su gestión administrativa. 
El trámite de la revocatoria puede tener consecuencias imprevisibles en la política nacional. Antonio Navarro puede utilizar ese escenario para defender la obra de Petro y catapultarse como candidato presidencial de una alianza suprapartidista de izquierda, cohesionando a los movimientos de ese sector que hoy se encuentran desperdigados. Así podría afectar al presidente Santos, pues en medio de esa campaña proselitista puede surgir un movimiento  político que se oponga a sus pretensiones reeleccionistas, con la misma vehemencia con que hoy lo hace el uribismo.

*Abogado y Filósofo
jo-tirad@uniandes.edu.co

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