Columna


Pico y placa

JOSÉ WILLIAM PORRAS

07 de septiembre de 2016 12:00 AM

El 25 de agosto en El Universal me publicaron “Palabra de honor y fuero”, donde relataba cómo un condenado a muerte (general del Castillo) cumplió su palabra de honor, regresando a su celda para ser fusilado, después de un permiso dado para ponerse al día con su familia y su alma. Mencionaba también qué bueno sería que los funcionarios electos 2015-2019 cumplieran su palabra de honor empeñada durante la campaña para ser elegidos.

Tal parece que eso no pasa en Cartagena. El alcalde Manolo Duque se comprometió durante su campaña a expedir un decreto de pico y placa “como el de antes” cuando solo era por horas y sectores. Ahora el pico y placa no solo se mantiene en su horario de 7 a.m. a 7 p.m., sino que se amplía a los sábados de 7 a.m. a 3 p.m., aunque solo en vías principales como la  avenida Pedro de Heredia, Troncal de Occidente, avenida Santander, avenida San Martín, avenida Blas de Lezo y Pedro Romero, Carrera 30, Diagonal 32, carrera 71, avenida Rafael Núñez y Luis Carlos López, Calle 30, avenida Consulado y del Lago, Corredor de Carga, avenida Crisanto Luque, Puente Román y el Centro. Es decir el Alcalde no solo no cumplió su palabra de honor sino que amplió el horario de pico y placa aumentando un día más, el sábado, normalmente aprovechado por la mayoría de cartageneros para salir con sus familias de sus barrios, hacer compras y paseos recreacionales. Solo hubo un “lo lamentamos profundamente” por parte de la administración distrital, sin acogerse a las propuestas de los ciudadanos que lo eligieron y gremios que preferían se mantuviese el pico y placa vigente hasta el 04 de septiembre y no este nuevo, aun incumpliendo la palabra empeñada por el alcalde, era preferible eso y no pasar a una norma aún más restrictiva.

Según la administración, el nuevo pico y placa se basa en un estudio de la Subdirección Operativa y Técnica del DATT, y el caos vehicular es causado por los vehículos particulares, olvidándose que tiene otros factores como falta de vías y que no se han chatarrizado los buses con la entrada de Transcaribe. Entonces ¿por qué se promete lo que no se puede cumplir? O como dice el argot popular: “se promete y se olvida lo prometido” o una vez elegido se olvida lo prometido, Sr. Alcalde.
En el relato de la Palabra de honor, se tuvo un final feliz. El general del Castillo fue indultado y al coronel Fuero no se le inició juicio, aquí sin que haya reo, pero sí un incumplimiento a la palabra de honor, seguramente no habrá un final feliz, le puede representar su muerte política, el pueblo no le volverá a creer, Señor Alcalde y el –Manolo va- no sería suficiente para que pueda ser elegido nuevamente en un cargo público. Sus opositores se lo cobrarán.

jwporras@balzola.org

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