Columna


Pillados: Presidente, Duque, Uribe y Carrasquilla

ALCIDES ARRIETA MEZA

09 de noviembre de 2018 09:36 AM

El presidente Iván Duque, el ministro Carrasquilla, y el ex presidente Uribe simbolizan la santísima trinidad. Tres personas distintas y un Dios verdadero: Uribe.

El partido de gobierno del presidente de la República, Iván Duque, a través de su ministro estrella, el Dr Carrasquilla, radicó ante el Congreso la ley de financiamiento, reforma tributaria que pretende limitar ya la afectada capacidad adquisitiva de los colombianos por cuanto impondría IVA a los artículos de primera necesidad, a la canasta familiar, medida que impactaría el derecho a la vida y el derecho a alimentarse .

El partido de gobierno, el Centro democrático, que según se dijo trata de obtener una suma cercana a los 14 billones para tapar el hueco fiscal, acude a los más vulnerables: a la clase media, en lugar de atacar la corrupción que según datos se roba mal contados 50 billones de pesos al año.

El gobierno actual no quiere disminuir los tanques de mermelada tóxica que reparte en todo el país, como tampoco tocar los grandes monopolios empresariales que se nutren de las finanzas públicas, ni las mercancías suntuosas. No, sus baterías las ha enfilado a la clase media y al pueblo razo.

El presidente Iván Duque ha venido respaldando el proyecto de Ley inspirado en la filosofía de los bonos Carrasquilla, política, que tiene quebrados a más de 100 municipios, personaje, quién en compañía del expresidente Uribe en el 2013 y 2006 presentaron reformas tributarias del mismo talante, proyectos que no pasaron porque fueron anulados por la Corte Constitucional y desaprobados por el Congreso.

Vuelve y juega, el partido de gobierno quiere ganar con cara y sello por cuanto, el expresidente Uribe, una vez escuchó el rechazo unánime al gravamen, con voz angelical nos ha comunicado que desaprobaría cualquier intento por gravar la canasta familiar, porque afectaría a la clase media, olvidándose que él es y ha sido autor intelectual y material de dichas propuestas. Definitamente, “la mentira es la primera de todas las fuerzas que dirige al mundo, nos dijo, JH Revel, en su obra Conocimiento inútil .

Esta realidad es presentada por Winston Churchill cuando dijo: “Hay tres clases de mentiras: mentiras, malditas mentiras y estadísticas”, estas dos últimas ensayadas en varias décadas por los gobiernos de turno sin sanción social porque al mismo tiempo, posan de verdugos y salvadores. Cuanta hipocresía.

Es que en nuestro país los embustes con efectos multitudinarios se han constituido en una efectiva práctica manipuladora de la opinión pública, táctica eficaz en la era del cinismo global, en donde la perversidad “ política ha construido una matriz llena de falacias.

Por fortuna, la sociedad ha comenzado a tener memoria y no va dejar que le sigan metiendo los dedos en la boca. El monopolio artificioso de las invenciones mentirosas, están recibiendo su merecido tate quieto, por cuanto no nos dejaremos confundir por las falsas experticias aristocráticas que con cifras y datos acomodados intentan una vez más ser fieles a su talante de seguir implantando injusticia social, inequidad y “carestía organizada. “, JH,Revel,Ob cit.

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