Es repetitiva la demanda por mejorar la planeación urbana de Cartagena, sin respuesta de las administraciones locales. La expansión urbana sigue por aguas turbulentas, con fuerte presión sobre precios del suelo, medio ambiente, ocupación y uso del espacio público, escasez de zonas verdes y de libre esparcimiento para los ciudadanos.
El costo del crecimiento urbano desordenado es muy alto, sin que tengamos una planeación eficiente. El Plan de Ordenamiento Territorial (POT) del Distrito, formulado hace más de 10 años y sin actualizar, tiene dificultades institucionales para orientar y regular el crecimiento urbano.
¿Cuánto resistirá la ciudad? No mucho tiempo. Hay caos, más desafiante por la incertidumbre política y gubernamental, el aumento de problemáticas económicas, sociales y ambientales, y la percepción ciudadana pesimista sobre las soluciones definitivas.
Con una sobreurbanización manifiesta en mayor población con precaria oferta de servicios sociales y una dinámica económica formal que no emplea a buena parte de su población, se reduce la posibilidad de mejorar el bienestar.
El desarrollo de la ciudad se restringe si no se reorienta a tiempo la planificación urbana. Es necesario evitar el colapso, y esto invita a repensarla socialmente incluyente, con compromisos derivados de la participación de los sectores sociales y, por supuesto, del fortalecimiento institucional en planeación local.
La planificación da herramientas útiles para diseñar mejor el crecimiento urbano sostenible: transporte público eficiente, regulaciones y usos del suelo pertinentes, infraestructura vial y comunicaciones que articulen territorios, entre otras, deben ser parte de este fortalecimiento de la planeación del Distrito.
La planificación urbana no garantiza el desarrollo, no es la varita mágica para gobernar la ciudad. La planeación requiere efectividad asociada a capacidades políticas y técnicas; sin éstas su rol en el desarrollo local seguirá siendo el que todos conocemos: planes que nacen sin posibilidades de ejecutarse.
El próximo alcalde debería tener en su programa de gobierno un sistema de planificación urbana, hoy más que nunca imperativo para Cartagena. El saldo de las últimas administraciones está en rojo. Nunca se percibió al menos la intención, y mucho menos la acción, de propiciar un proceso de planificación transformador. ¿Hay alguien o alguna institución preocupada por proponer soluciones a la planificación urbana del Distrito? ¿Estamos formando las personas para fortalecer y modernizar los procesos de planificación de nuestro territorio?
*Profesor de la Facultad de Economía y Negocios, UTB
jalvis@unitecnologica.edu.co
Las opiniones aquí expresadas no comprometen a la UTB o a sus directivos.
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