Columna


“Políticos Ricos, pueblo pobre”

ALCIDES ARRIETA MEZA

17 de enero de 2013 12:00 AM

ALCIDES ARRIETA MEZA

17 de enero de 2013 12:00 AM

El título corresponde a una nota escrita por el periodista mexicano Alberto Vieira Gómez, en referencia a la clase política mexicana y al pueblo de México, situación que es muy parecida a la realidad que se vive en Colombia y de manera especial en Cartagena de Indias, donde la situación tocó fondo.La riqueza obtenida por estos seudo políticos es producto de la avaricia de los politiqueros tradicionales, personajes sin límites éticos, a quienes solo le interesa enriquecerse, amasar dinero de cualquier manera, porque para ellos la “riqueza es como el agua salada: cuanto más se bebe, más sed da”, Arthur Schopenhauer.
Las miles de víctimas de estas conductas delictivas son el pueblo colombiano, el pueblo de Cartagena, quienes soportan la negación de sus derechos, hambre, miseria, indignidad, humillación y degradación extrema, mientras sus verdugos exhiben sin recato moral los bienes ilícitamente obtenidos, viven como reyes, disfrutan de majares  y  privilegios.
“Colombia es un pozo de dolor casi sin límites para la gente que no tiene cómo quejarse, ni oponerse, Wilian Ospina”. El pueblo está en ruinas, sus gobernantes reparten y están repartiendo pobreza por todas partes, esto debe detenerse, digo, debemos detenerlo, por cuanto el delito no puede ser fuente legítima de riqueza.
Nuestros dineros no pueden seguir siendo objeto de apropiación, ni fuente del robo oficial, estos recursos debe servir para resolver los problemas esenciales de la población, eliminar la desigualdad, el hambre y la desnutrición cotidiana que soporta gran parte de la sociedad colombiana.
Los “podriticos” han convertido la política en un simple juego de intercambio de ambiciones y apetitos groseros, señalaba un editorial del nuevo siglo  del 19 de diciembre de 2006, cosa que  todavía no ha cambiado, por el contrario ha empeorado pese a los esfuerzos de los organismos de control, de los medios de comunicación y de algunos veedores, que aun sin tener los recursos se han esmerado a riesgos de sus vidas, por cuidar los dineros de todos.
El sistema de gestión pública colombiano, enredado en un alud de artículos e incisos, facilita la corrupción estatal, realizada mediante las formas de la contratación estatal, en donde la inmoralidad pública tiene nombres formales llamados, licitaciones, concesiones, convenios, otrosíes, entre otras denominaciones.
Cartagena, nuestra saqueada ciudad, de seguro saldrá adelante pero solo cuando el dinero público esté en  manos de personas virtuosas, que hayan escogido el interés general como forma de vida, para que no sea el objeto codiciado de la rapiña oficial, y cuando pasemos de la politiquería a la política, lo que requiere que los electores conquisten su libertad de elegir, que rechacen la negociación de sus conciencias, y no entreguen su presente, su futuro, por ninguna de las formas  de compraventa  del voto, para que así “los bolsillos de los gobernantes sean de cristal,” Enrique Tierno ex alcalde  de Madrid.

* Abogado y profesor universitario: alcidesarrieta77@yahoo.es










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