Columna


Políticos y filósofos

CRISTO GARCÍA TAPIA

04 de febrero de 2016 12:00 AM

Igual que a los economistas se les pide con algarabía que resuelvan los problemas que genera una política económica que privilegia las importaciones en desmedro del aparato productivo nacional, o que pongan fin a la brecha de la desigualdad, a los intelectuales y filósofos sociales se les hacen exigencias para que asuman las soluciones a los de la sociedad en su conjunto.

Que bien sabido es, corresponde a los políticos buscarles, a unos y otros, el tratamiento y remedio adecuados para sus dolencias históricas, las nuevas y redivivas.
Es entonces cuando, igual que a los economistas, a los filósofos, poetas e intelectuales, se les conmina para que sean ellos quienes den con el remedio para la inflación, la TRM, el déficit fiscal y de cuenta corriente, el zika y el cambio climático.

Del desastre en la calidad de nuestros sistemas de educación y de salud, del metro y la movilidad, cuando tales problemáticas solo vienen a tener solución efectiva si los políticos asumen la responsabilidad conferida por el colectivo social para mejorar sus indicadores de calidad de vida.

Y volvemos a Marx, que no a Piketty, al que no acabo de leer, para traer a cita una de sus célebres tesis sobre Feuerbach, filósofo e intelectual alemán, acerca de los filósofos y sus diversos modos de “interpretar el mundo”, “cuándo, apuntaba Marx, de lo que se trata es de transformarlo”.

Queriendo significar que, si bien los filósofos e intelectuales alumbran las ideas de la transformación de la sociedad, tarea imperativa es de los políticos materializar esos presupuestos teóricos y los imaginarios de bienestar del colectivo humano que aquellos enuncian.

Es a ellos a quienes los filósofos y los intelectuales a lo largo de la historia de las sociedades humanas, exponen el insumo ideas, imaginario, para que produzcan  el remedio eficaz para la cura de las dolencias sociales, económicas, de desigualdad, inequidad, desempleo, analfabetismo, insalubridad, hambre, entre las más penosas que padece la sociedad en el vasto universo poblacional que la conforma.

Cuanto los filósofos, poetas, intelectuales, humanistas, imaginan, piensan, sueñan como sociedad, solo a los políticos les es dable erigirla como signo de un poder, su aliado, que posibilita la construcción de modelos de vida que asuman al hombre en la dimensión de ser social completo.

A las puertas del fin de un conflicto armado de naturaleza política, cuyo mayor impacto ha sido el de provocar alteraciones en un modelo de sociedad de suyo con desequilibrios de todo orden, bien vale que los políticos y su aliado, el poder, le apuesten al imaginario de una nueva sociedad.
¡En paz!

@CristoGarciaTap

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