Columna


Populismo y posverdad 2018

DARÍO MORÓN DÍAZ

25 de noviembre de 2017 12:00 AM

El Partido Liberal actuó en concordancia con la Constitución de 1991 y acogió el mandato del Consejo Nacional Electoral, participando en la consulta del 19 de noviembre, lo que no hicieron los otros partidos, como era su deber. Obviamente no querían evidenciar sus divisiones internas con una extensa lista de aspirantes a la candidatura. Los liberales Humberto de la Calle Lombana y Juan Fernando Cristo salieron fortalecidos ideológicamente amén de liderar una campaña decente, sin agravios ni vindictas. De manera pedagógica, es oportuno teniendo en cuenta la misión de lo que es el verdadero periodismo, recordarles a los ignorantes “cronistas políticos” y a toda una cáfila de seudoanalistas que las consultas se realizan en todos los países democráticos: en América, Estados Unidos, las llamadas primarias, y en la Unión Europea.

Cerrado ese capítulo vital para los demócratas y liberales, es oportuno glosar a los órganos mediáticos y los aupadores del populismo que acuden a todas las formas de mentiras con la proterva intención de desorientar sobre todo a los menos informados en formación política. La mentira con tantas definiciones: falacia, farsa, simulación, falsedad, engaño ahora se le denomina ‘posverdad’.

En Inglaterra la posverdad fue el instrumento del populismo y con la aparición de la posverdad confundieron a los ingleses y galeses; así lograron imponer el Brexit e Inglaterra y Gales salieron de la Unión Europea. Hubo una reacción tardía sobre todo de los jóvenes profesionales y becarios en el exterior, aparecieron los manifestantes, pero el daño ya estaba hecho. En Estados Unidos el hotelero Donald Trump acudió a la mentira y de la misma manera derrotó a Hillary Clinton, la candidata demócrata. Trump usó a la mentira, la desinformación y logró triunfar en ese anómalo sistema electoral norteamericano por la preponderancia de los ‘colegios electorales’. Dos episodios, uno en Europa y otro en Norteamérica, son muestras del populismo y la posverdad.

No es necesario recabar sobre las mentiras que, en octubre del 2016, utilizó el Centro Democrático con su jefe de campaña, Juan Carlos Vélez, para engañar utilizando sobre la audiencia de las emisoras de los barrios deprimidos, la intimidación con temas como la guerra con Venezuela, el castrochavismo, la ley de género, la ayuda los desmovilizados, etcétera. Una sarta de falacias que contribuyeron a la definición entre el Sí y el No el 2 de octubre de 2016.

Es primordial que los demócratas que integrarán la coalición estén aletas para desenmascarar al populismo de derecha que aún no se define para las elecciones del 2018.

*Exdirector de El Universal. Académico de Medicina e Historia.

dmorond@gmail.com

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