Columna


Por fin

RUDOLF HOMMES

13 de diciembre de 2015 12:00 AM

Esta semana trajo dos muy buenas noticias para la producción nacional, el potencial exportador y el futuro de la agricultura en Colombia. La primera: el Ministro de Hacienda dijo, con motivo del problema de la insostenibilidad del déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos, que una de las soluciones posibles para reducir este déficit en forma permanente es desarrollar la altillanura y sembrar a gran escala maíz y soya, entre otros, para sustituir estas importaciones. Esto ahorraría más de mil quinientos millones de dólares anuales en divisas.
La importancia de que el jefe del equipo económico del gobierno pusiera esta opción de primera entre las soluciones posibles a este problema es que es una solución de verdad, vinculada a la producción. Si el ministro es consistente, fluirán recursos para construir infraestructura vial y fluvial en la región. Y se va a resolver el problema del uso de la tierra, que ha detenido en seco su desarrollo y ha generado un enorme lucro cesante mientras se ha hecho un debate estéril sobre la tenencia y propiedad de las Unidades Agrícolas Familiares (UAF).
Durante todo este tiempo han existido soluciones para resolver el problema, entre ellas la figura de las zonas de desarrollo empresarial concebidas al tiempo con las UAF, como lo declaró José Antonio Ocampo, padre de las dos criaturas, en el documento introductorio al informe de la Misión Rural. Se hubiera podido utilizar esa figura para impulsar el desarrollo de la altillanura. Inexplicablemente nunca se acudió a ella y ahora cursa un proyecto de ley que intenta crear otras zonas de desarrollo empresarial denominadas  ZIDRE.  El partido de la U, sin embargo, tiene parado ese proyecto de ley para presionar al gobierno a disminuir las ventajas dadas a Cambio Radical.
Mientras eso sucede, el vicepresidente tiene listos los fondos ($22,000 millones) y el contrato para el estudio de la carretera entre Puerto Gaitán y Puerto Carreño, sin la cual no es posible que la región se desarrolle. Y no solo esto, pues también haría viable un aumento del área cultivable y de la producción agrícola que comenzaría a hacer realidad el potencial que dice la FAO que tiene la agricultura en Colombia.   
Aún hace falta financiar esta carretera cuando completen los estudios que por fin se harán. Esto será mucho menos difícil de lo que se supone si se tiene en cuenta que la región generará una riqueza enorme, parte de la cual se puede capturar anticipadamente para financiar la obra. Un espejo de lo que pude ocurrir allí es el nordeste de Brasil. Otro es el Oeste Medio de Norte América. ¿Alguien se puede imaginar a Puerto Carreño con más de un millón de habitantes donde se alinearían los rascacielos entre la marina y el puerto, a lo largo de la avenida del Río?

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