Columna


Por qué no marcho

GIL ALBERTO FALCÓN PRASCA

31 de marzo de 2017 12:00 AM

En nuestro país, ya nada nos asombra, sucede lo impensable, un ex presidente de la república, un ex procurador y otras personalidades bastantes cuestionadas, convoquen el sábado 1 de abril 2017, una marcha contra la corrupción.

Es muy importante dejar constancias de por qué no podemos callarnos y advertir que ninguna persona de bien, con un mínimo de sentido ético y dignidad por su patria debería marchar este 1 de abril, por ser un burdo caso de oportunismo.

No pueden ser un buenos ciudadanos quiénes mienten, difaman, calumnian y fomentan el radicalismo, el odio y la guerra, son injuriosos con quienes los critican o están en desacuerdo con sus políticas.

No hay ética ni moral, cuando Uribe y sus partidarios, entre otros Ordóñez, Arrázola, Fernando Londoño, cuando convocan esta marcha contra la ilegalidad y la ilegitimad del actual gobierno.

Ese llamado es sinónimo de amnesia colectiva, cinismo sin pudor ni rubor y de que son mentirosos patológicos, crónicos.

Según la versión judicial del ex jefe paramilitar, alias Don Berna, quien habló desde Estados Unidos, él y sus grupos paramilitares le aportaron $2.000 millones de pesos a la campaña presidencial de AUV, en 2002 y 2006.

Personas investigadas por la Fiscalía General de la Nación por supuestos nexos con los paramilitares aportaron millonarias sumas (algunas hasta cien millones de pesos) a su campaña presidencial.

Gran parte de las personas que gobernaron junto a él, delinquieron con crímenes de lesa humanidad, y a pesar de sus delirios de omnipotencia y divinidad no logró contener a su corrupta, criminal y narcotraficante coalición de gobierno.

Se enfurece y tiene salidas irracionales impropias, dictatoriales, autoritarias y energúmenas, cuando le destapan los innumerables actos de corrupción de sus dos gobiernos.

Con deshonestidad, falsedad, repiten y repiten sus mentiras, engañan a los demás para obtener beneficios económicos, políticos y poder, careciendo de vergüenza o remordimiento por los daños que hacen a los demás. Colombia necesita un descanso de ÁUV, de sus políticas del odio, de guerra declarada de intereses, que no justifican que se digan mentiras para pisotear a los otros.

Si hay una verdadera justicia, se debe cumplir tarde que temprano el mandato Art- 93 de la CP de 1991, que Uribe responda ante la CPI por permitir en 8 años, crímenes de lesa humanidad, impunes por cuenta de la justicia colombiana.

Mientras eso no suceda, las verdaderas víctimas de las violencias, injusticia, inequidad, pobreza, falta democracia, somos todos los colombianos que nos sometimos a gobiernos de descompuestos, que hoy nos intentan manipular para seguir en el poder.

CUT BOLÍVAR


cutbolivar@gmail.com

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