Columna


Por qué sigo siendo portuario

RODOLFO DE LA VEGA

19 de enero de 2013 12:00 AM

RODOLFO DE LA VEGA

19 de enero de 2013 12:00 AM

Finalizaba el año 1944 cuando yo, recién salido del bachillerato, trataba de encontrar trabajo. Mi cuñado Alberto Lecompte, entre otras ocupaciones laboraba en los buques agenciados por Rafael Del Castillo & Compañía; él me llevó al Terminal Marítimo para enseñarme el oficio de chequeador. Pero en los buques agenciados por Rafael Del Castillo, el jefe de estiba era el Tuerto Mercado, quien tenía varios cuñados de apellido Bonfante, a los que trataba de ayudar poniéndolos como chequeadores en sus buques. Así pues, era muy difícil que a uno le dieran chamba.
Acudí a Don Nicolás Del Castillo, socio de la firma, quien me envió con una nota de recomendación a Bruce Mac Master, que se desempeñaba como jefe de la agencia marítima. Así, con la ayuda de Mac Master logré trabajar en algunos buques de esa agencia y luego en buques agenciados por Grace Line y por Eduardo Gerlein & Compañía.
En 1947 hubo una vacante en el terminal marítimo que en esos días pasaba de la Frederick Snare Corporation al Gobierno Nacional. Yo fui escogido con la anuencia de los directivos sindicales.
Me inicié como ayudante de tercera del departamento de liquidación. Tuve algunos ascensos e intervine como directivo sindical en la discusión de un pliego de peticiones en Barranquilla.
Siendo administrador de la Aduana Ramiro Araujo Grau se llenaron unas vacantes de aforador, me vi favorecido y desde 1951 entré a la aduana.
En 1956 fui trasladado a Barranquilla como jefe de la sección de aforos. A la caída de Rojas Pinilla a la aduana le hicieron muchos cambios y fui sustituido por un ingeniero que enviaron de Bogotá.
Regresé a Cartagena donde se me invitó a trabajar como gerente seccional de la firma Echeverri & Compañía LTDA, agencia marítima y de aduanas. Echeverri & Compañía había sido una agencia muy importante, pero, a la muerte de su fundador, entró en franca decadencia.
En las oficinas de Roldan & Compañía LTDA, necesitaban un subgerente que tuviera buenas relaciones con la aduana y yo fui llamado a ese cargo. Algunos años más tarde los directores de la empresa, buscando economía, suprimieron algunos cargos, entre otros el mío, buscando quien trabajara a menor precio.
Me invitaron a trabajar como asistente del gerente seccional de Eduardo L. Gerlein & Compañía, de donde me retiré a los pocos meses.
La firma Representaciones Marítimas LTDA REMAR, necesitaba un gerente para la oficina de Cartagena. Me entreviste con el gerente general quien me nombró en calidad de prueba por dos meses. Dure 14 años al servicio de esa firma donde adquirí gran experiencia en Cartagena, Buenaventura, Turbo y Barranquilla.
Estando Don Luis Mogollón de gerente del terminal marítimo se me presentó la oportunidad de regresar como jefe de muelles, más tarde pasé a ser jefe de servicios marítimos portuarios y, muchas veces encargado de la dirección de operaciones. Cuando cumplí 20 años de servicios con el Estado, solicité mi jubilación, que me fue aprobada.
En 1993 el Gobierno Nacional privatizó los puertos de Colombia. En Cartagena la labor de la Sociedad Portuaria sólo merece elogios. Por especial recomendación de Don Aníbal Ochoa fui invitado a formar parte de la nueva firma en calidad de asesor.
¡Qué cantidad de amigos y amigas nuevos tengo!

*Asesor Portuario

maalvarez@sprc.com.co

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