Columna


Posición dominante

MIGUEL YANCES PEÑA

08 de julio de 2013 12:00 AM

MIGUEL YANCES PEÑA

08 de julio de 2013 12:00 AM

Es una conducta desde todo punto de vista reprochable la que se está generalizando en el país, tanto en el sector público como en el privado, consistente en negar al ciudadano sus justos reclamos -aun teniendo la razón- y forzándolo a seguir el camino más tortuoso de las instancias superiores: como tratando de vencerlo, no con argumentos razonables, sino por el aburrimiento y el cansancio.
Es una práctica que va en ascenso porque es la vía fácil para quien ostenta la posición dominante y porque no está siendo debidamente sancionada.
Los derechos de petición que son la primera acción contra quien atropella, por esa práctica tan común y facilista de responder con una carta genérica que a veces ni atina con la petición, se tiene que repetir mediante un “recurso de reposición”, y posteriormente a través de una instancia más alta: una superintendencia por ejemplo, una tutela, o un proceso judicial largo, tedioso y costoso, que obliga a contratar especialistas.
El resultado es que si el quejumbroso gana el pleito, y tiene suerte, recibe lo que tenía que recibir y punto, pero sin ninguna sanción para quien lo atropelló. De esa manera hace carrera la conducta contraindicada de “yo sé que te asiste la razón, pero como no tengo autoridad para reconocértela, busca que un fallo judicial me lo ordene y me cubra así la espalda”. Porque la realidad es que tratándose del sector privado, quienes tienen la autoridad no están ni el país; y en el sector público esa autoridad está tan atomizada (difusa) que no la tiene nadie.
Y así el sistema judicial se congestiona, se satura, y tarda aún más en producir los fallos, lo que favorece a quien causa el atropello. La estratega del empresario podría ser: congestionemos lo más que se pueda el sistema judicial que eso juega a nuestro favor.
Lo malo no es sólo que eso suceda, sino que las falencias en la normatividad lo estimulan. Y como van las cosas tendremos un sistema judicial coadministrando tanto el sector público como él privado. Y no son exageraciones. La buena gestión de la gerencia se mira en el flujo de caja; en la creación de riqueza; en maximizar ingresos y minimizar egresos. Los comportamientos éticos, no, si producen salidas de dinero.
Por esta época de pago de primas en Colpensiones, sí que se aplica este principio: amparados en el AL 01 del 2005, que parece que no entendieran, le están negando esa prestación (la llamada mesada 14) indiscriminadamente a “Raimundo y todo el mundo.” Que se prepare el aparato judicial para la avalancha de tutelas y demandas que le lloverán.
Y…; ¿llegará el día en que los fallos judiciales sean también fallos genéricos? Se coloca el patrón de la demanda en Google, y este sabelotodo produce el fallo; el juez lo firma, y punto.

* Ing. Electrónico, MBA, pensionado Electricaribe

movilyances@gmail.com

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS