Columna


Precios de reojo

RODOLFO SEGOVIA

06 de junio de 2015 12:00 AM

El gobierno hace bien en formular plan B para el barrigazo luego de doparse con la bonanza petrolera y excederse en mermelada. Pero podría pensar en un plan C por si sube el crudo. Don Sancho Jimeno, quien defendiera Bocachica con brío contra los piratas en 1697, sabía que las noticias de los galeones repercutían en la cotización de la plata en Sevilla. Aconsejaría ahora sopesar lo que incide sobre el importe del petróleo para la política económica. Lo primero: creer que lo peor pasó, como cuando los lingotes atracaban a la vera de la Torre del Oro.

La sorpresa es la rapidez con que reaccionó la demanda. En EEUU aumentó este año al 4,1% y en Europa sube un poco, tras años de contracción. Nunca antes se vendieron tantos insaciables SUV en China y EEUU. Neto: la demanda global aumentará quizá en dos millones de barriles por día (bd), que contrasta con el menos de un millón en 2014.

Por el lado de la oferta, los drásticos reajustes en inversión por la caída de precios apenas se comenzaron a sentir. Garantizan recortes de producción este año y en los venideros. Es cierto que el volumen del crudo de esquistos aumentó, aunque a menor ritmo, en lo que va del año, pero como consecuencia del ciclo de las perforaciones de hace seis meses o más. Dada su rápida declinación, está por agotarse al embodegar el 60% de los taladros activos, que ninguna eficiencia puede compensar. 

La producción de petróleo no OPEP creció en 2.400.000 bd en 2014. Este año serán quizá 600.000 bd. Para 2016, es previsible una contracción. Una reacción de los precios renovaría el interés en esquistos, pero no todos los esquistos son iguales. El mediocre que se explotaba tardará mucho precio en regresar. Por ahora no es más que oportunidad de invertir con retorno negativo. No volverán tampoco los campos convencionales marginales que dejaron de operar.

En cuanto a la OPEP, en noviembre del año pasado los productores del Golfo Pérsico defendieron su participación de mercado. Bombean a todo lo que da, si bien su oferta se achicará medio millón de bd para refrigerarlos en el verano del desierto. La capacidad ociosa para equilibrar precios yace, sujeta al mercado, en los esquistos gringos. Adiós cartel. Mientras tanto, todo apunta a que el cruce de la oferta y la demanda será a un precio mayor al actual.

Por los altos inventarios, el precio del petróleo no refleja prima geopolítica, pero ISIS avanza en Irak y Arabia Saudita bombardea chiitas amigos del Ayatola en Yemen, por donde transita petróleo del Golfo rumbo a Suez. Escenarios desestabilizantes, no compensados por el eventual acuerdo atómico con Irán, que de todas maneras tardaría años en realizar su potencial. Mejor no pensar en catástrofes, pero Hacienda debió observar de reojo la reunión de ayer en Viena. 

rsegovia@axesat.com
 

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS