Columna


Preparar a América Latina

EDUARDO VERANO DE LA ROSA

15 de junio de 2017 12:00 AM

El Harvard Kennedy School, a través del GEM (Global Empowerment Meeting), invita anualmente a líderes responsables de políticas públicas para analizar cómo hacer a Latinoamérica más próspera. Usan estudios y modelos académicos de Harvard, como el Mapa Económico de Complejidad y, a través de talleres, se discute sobre cómo fortalecer la economía focalizándose en actividades cada vez más productivas y complejas. La innovación manda. La nueva economía está basada en el conocimiento y en actividades que requieren mayor elaboración de productos con altas tecnologías y mejores retornos de la inversión, lo que robustece la producción. Todo esto lo guían el gobierno y las instituciones académicas.

La principal tarea es construir las habilidades para tomar decisiones acertadas para una economía más sólida. La meta es un crecimiento más sostenible, llegar a la excelencia y a soluciones locales más sofisticadas en tecnología. La ruta es más sistemas, más programación.

También se da gran importancia a construir un sentimiento de unión y pertenencia, un “nosotros” como país. Cuando los líderes dicen “nosotros” es toda la población que merece mayor atención, así se convierte en un propósito nacional.

Latinoamérica tiene que superar sus barreras mentales para que innovar sea parte natural de su cultura y su lengua. Hay que levantar generaciones futuras con conocimientos más sólidos y con la formación para el desarrollo.

Lo novedoso en el mundo son los centros de innovación, modernas organizaciones con varias empresas colaborando, con alta tecnología y con equipos multidisciplinarios. Se impulsan grandes procesos creativos e intercambian culturas interempresariales para aprovechar lo mejor de cada una.

Las economías cerradas avanzan menos. El secreto es atraer el conocimiento y la inteligencia de otros países para prosperar más rápidamente. Singapur y Panamá son los que más han atraído científicos, académicos y empresarios especializados en las más modernas tecnologías, dando saltos en sus economías. Colombia es un ejemplo contrario. Ha sido reacia y poco exitosa en atraer expertos extranjeros. Nuestro país debe fortalecerse con el conocimiento extranjero. Es como usar parte del cerebro de los países más avanzados. Lo demás es encerrarse y negarse a prosperar.

Los científicos, empresarios y banqueros de otros países nos pueden aportar mucho. El mundo será entonces un pañuelo. La clave es que, aunque logremos mayor cooperación de otros países, no debemos perder el sentido de “nosotros”.

Los países tienden a unirse para ser más fuertes, es el caso de la Unión Europea. Hay cada vez más cooperación para crecer más rápido. Los que no lo hagan se quedarán. Con esa mayor cooperación llegaremos al desarrollo sólido, superior y consistente.
 

 

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS