Incomprensible, para quien escribe estas líneas, resultó el pronunciamiento del Registrador Nacional de Estado Civil informando que cumplido el trámite, procedería a convocar el plebiscito revocatorio del mandato, del alcalde capitalino.
Incomprensible puesto que ya éste perdió su oportunidad: ¿cómo se va a revocar el mandato de alguien, que no sólo está destituido, sino que además fue inhabilitado por 15 años para ocupar cargos públicos? Qué pretende el Registrador con tal pronunciamiento, ¿reafirmar la medida disciplinaria; o por el contrario crear una contradicción entre las instituciones y el deseo popular que se podría expresar en las urnas? Y de darse esa contradicción, ¿cómo pretendería resolverla: voto tumba sanción, o sanción está por encima de los votos? Si es la segunda ¿para qué plebiscito?, y si es la primera muy malo el precedente.
Ante ésta contraproducente disyuntiva vale preguntar quién está detrás de tan trasnochado e inoportuno pronunciamiento: ¿Petro?, ¿la guerrilla? ¿Se pretende crear un hecho político para caerle a la Constitución y adecuarla a los intereses de las fuerzas comunistoides que persiguen el poder político para cambiar nuestra forma de vida? Puede ser. ¿O habrá sido pura ingenuidad y afán protagónico del funcionario de marras, que no percibe qué se cuece bajo toda esta parafernalia; o quizás la insistencia de los periodistas? Y si fuera así ¿buscan estos un efecto político, están siendo manipulados, o sólo pretenden casar peleas ajenas para aumentar audiencia? Sería el colmo de la irresponsabilidad.
Por su lado el alcalde sancionado no acata; moviliza pueblo (¡Insurgencia!): funcionarios de su gobierno y beneficiarios de las políticas sociales que implementó, buscando intimidar al funcionario que lo sancionó para que le sea levantada la sanción. Y por encima de todo, sus seguidores, para lograr el respaldo de quienes damnificados por el orden logrado en el gobierno anterior, no gustan de su gestor, metieron a Uribe, a Pacho Santos y a Fernando Londoño como gestores de la medida del Procurador.
Es innegable el trasfondo político de todo este asunto, y la mano invisible de los tahúres de la Habana. El sistema económico que nos rige propende por mayores libertades en lo personal, en lo económico y en lo político, y se resume en: centrar la acción del Estado en lo social separándolo de la actividad económica que queda en manos de los particulares (compiten y lo hacen mejor); economía de mercado y globalización, ese es el espíritu económico de nuestra constitución que pretenden cambiar (ya Petro lo intento desde una alcaldía).
Cada vez somos más independientes –decía Bill Clinton, interpretando la época actual- y al mismo tiempo más interdependientes.
Ing. Electrónico, MBA
movilyances@gmail.com
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