Al respecto, recordaba en una columna anterior, que Nicolas Curi, ya en las postrimerías de su última administración, presentó la maqueta de lo que sería el Centro de la Administración pública en el sector de Bazurto, porque detrás de la administración pública (las tres ramas) se van las de apoyo y control, las oficinas de abogados y demás. Es un proceso lento, pero de mucho sentido común, porque implica ahorro de tiempo y dinero. ¿Qué pasaría con las casonas que desocupan, es tema de otra columna?
Luego, en un proceso caricaturesco de democracia (similar al del túnel), la alcaldesa ”consensuó” con habitantes del barrio Martínez Martelo, que no se haría la ciudadela; que en su lugar recuperaría el mercado público, porque dijo, entre otras, se afectaba la viabilidad financiera de TransCaribe. Mientras, el excandidato presidencial que tanto se inmiscuyó por la época en los temas urbanísticos de la ciudad, hablaba de gentificación y otras trabas.
Otros ciudadanos, entre los que se encuentra un reconocido y apreciado arquitecto, se oponen, no a la idea, si no al sitio escogido, porque está en la parte más angosta de la ciudad, y es paso obligado para llegar al centro desde los barrios más populosos. En otras palabras porque ahí se forma un cuello de botella vehicular.
Si bien es cierta esa apreciación, pues la zona está estrangulada por el Cerro de La Popa por un lado, y la Ciénaga de Las Quintas por el otro, también es cierto que el cuello de botella es crítico cuando hay que cruzarlo, no cuando se termina en él, y gran parte de las personas que van al centro lo hace para atender asuntos que tienen que ver con la administración pública. Y segundo, que en ese sitio confluyen cinco vías: la Pedro de Heredia, la de El Lago, la Crisanto Luque, la Pedro Romero y la vía de la Esperanza, lo cual le da mucha movilidad.
Con todo el respeto que se merecen nuestros artistas, sin los cuales la vida sería insípida, y nuestros gestores culturales, los gobiernos futuros deben centrar la atención en el desarrollo material de la ciudad, en la construcción de infraestructura pública, porque ello crea obras perdurables y no sensaciones placenteras efímeras, y empleo. Y de ahí se desprende lo demás. No más gobiernos de rumbas.
Sacar la administración pública del centro de la ciudad, construir la ciudadela que la albergue donde está el mercado (no conozco sitio mejor), y el nuevo mercado, deben ser compromisos ineludibles del próximo alcalde.
* Ing. Electrónico, MBA, pensionado Electricaribe
movilyances@gmail.com
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