Recientemente el alto comisionado de paz y miembro del equipo negociador en la Habana, Sergio Jaramillo, afirmó: "La Paz territorial es lo que he llamado una tercera fase luego de la firma del acuerdo final en la que se inicia un diálogo en los territorios para discutir entre todos cómo desarrollar y poner en práctica lo que se ha acordado en La Habana. Por eso, el proceso de paz no se acaba sino, más bien, comienza de verdad con la firma del acuerdo".
Lo mejor que nos puede suceder como nación es poner fin a un conflicto que nos ha dejado como lección que esta guerra es el resultado de una falta de reglas de juego y del fracaso de la política. Por ello viene bien que nuestros territorios comiencen a prepararse. Es importante que todos nos pongamos de acuerdo cómo vamos a pasar de la trampa de las polarizaciones a la construcción de los espacios seguros que reclama la paz territorial. Vamos a necesitar más precisión que imaginación. Dos preguntas: ¿cuáles son las orillas del territorio que debemos acercar y qué son los espacios seguros que debemos implementar?
Lo primero de un espacio seguro es hacer de la confianza un valor social. En él todos los actores dialogan con libertad, mirándose a los ojos y con la certeza de que nadie va a ser mal interpretado. "Allí podemos pelar el cobre" aclarando búsquedas e intereses en función de lo fundamental. La confianza hace desaparecer fantasmas.
Lo segundo de un espacio seguro es la apertura hacia la inclusión y la participación. Hay que abrir la cancha como hizo Colombia en Brasil. Poner a jugar a todos para que aumente el volumen del juego colectivo en favor de la paz. Hay que caminar con el otro y no marginando al otro o en contra del otro. Aquí es donde cocinamos juntos el arreglo institucional. Es mejor articularnos que tropezarnos.
Lo tercero de un espacio seguro es la construcción de visiones compartidas; y nuestra mayor aspiración es erradicar la violencia como forma de resolver nuestros conflictos. Por ello ante la mesa de diálogo para la paz muchas otras mesas para hacer las paces y aprender a resolver creativamente esos muchos otros conflictos del barrio, la escuela, la empresa y la familia como los que vimos en la reciente semana.
El cuarto aspecto de un espacio seguro es construir el hábito de una cultura de la planeación. El Campo y el desarrollo rural son la prioridad. La pobreza rural es un tercio mayor que el promedio de la pobreza nacional. Desarrollemos capacidades, superemos las economías de subsistencia, generemos bienes públicos e invirtamos toda la infraestructura que reclama el campo. Post Scriptum:
El Dr. Héctor Hernández Ayazo ejemplo de lucidez y responsabilidad para con la ciudad. Saludablemente incómodo y convenientemente fastidioso… simplemente por ser obediente a la verdad.
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