Columna


¿Quién eligió alcalde a Carlos Otero?

ALCIDES ARRIETA MEZA

27 de diciembre de 2012 12:00 AM

ALCIDES ARRIETA MEZA

27 de diciembre de 2012 12:00 AM

Su nombramiento, no fue producto de un consenso concordante con la comunidad política en general, ni en especial con los ciudadanos que eligieron a Campo Elías Teherán como alcalde de Cartagena, su cuestionable designación, su dudosa militancia en el movimiento que inscribió  al alcalde electo Campo Elías Teherán, hacen su nombramiento, injusto, antidemocrático e impopular.
La razón  de ser  de la elección de Campo  Elías Teherán partió  de la creencia  que este significaba un cambio de rumbo, una manera distinta de administrar lo público, en rechazo a  las tradicionales formas del ejercicio  de la política y del gobierno en Cartagena, y aunque el alcalde electo  no cumplió  las  expectativas sino que fue capturado por el sistema,  por el  “el régimen” ello no muta  las creencias y sentimientos que determinaron  su  elección.
La designación de Carlos Otero Gerdts, fue producto del perfil autocrático de la democracia presidencialista Colombiana, de los intereses del partido de Gobierno, del partido de la U,  para favorecer intereses personales, nacionales  y locales, con  miras a  las elecciones  atípicas  para  la  alcaldía de Cartagena, las  del congreso y la reelección del  presidente  Santos, porque Otero, fue uno de los gerentes de campaña  del presidente.
Carlos Otero Gerdts, como dijera el grupo de profesionales por la defensa de Cartagena, “representa  más  de lo mismo”, porque no se identifica con los sentimientos y propósitos de los electores que anhelando  un cambio eligieron a Campo Elías Teherán como alcalde, esto, por el perfil de Otero; su militancia política, choca con los principios y valores de la voluntad popular expresada en las urnas el 30  de Octubre del  2011.
La Ilegitimidad de Otero  Gerdts es evidente, él no es el alcalde electo, no representa ni encarna los  deseos  de cambio, ni la esperanza hoy latente que motivó la elección  de Teherán,  pero  él no se ha percatado de  ello, porque actúa como propietario de un mandato que no ha recibido, simplemente, porque nadie ha votado por él, por tanto sus competencias administrativas están política y éticamente limitadas.
Su designación como alcalde  es  un ataque a  la soberanía popular y a  la ética política que la democracia no soporta,  porque la soberanía  es “ inalienable e indivisible”, nos enseña Rousseau, por tanto la voluntad popular que eligió a Campo Elías Teherán alcalde debe respetarse aunque éste  haya fallado  y esté ausente.
Por ello, la sociedad civil debe promover la participación ciudadana o la democracia directa para escoger el reemplazo temporal de Campo, ello todavía es posible, para que la alianza social indígena, ahora independiente, no siga fungiendo como única ama y señora de una elección que no le pertenece, porque su intervención, su aval fue accidental, casual y coyuntural, porque lo votos no son propiedad de nadie sino de  los electores.

Adenda: No voté  por  Campo Elías Teherán.

Abogado  y profesor  universitario: alcidesarrieta77@yahoo.es

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