Los datos del mercado laboral que estima el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) han incrementado su cobertura territorial en los últimos años.
Hoy permiten analizar las tendencias de empleo en 23 ciudades del país, en el agregado de las zonas urbanas y rurales, y en el total nacional. A junio de 2017 hubo unas dinámicas que no se habían registrado antes: ciudades pequeñas diferentes a las principales capitales y a las zonas rurales lideraron la generación de empleo.
El mercado laboral colombiano tiene una concentración en las grandes urbes del país. Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla, con sus respectivas áreas metropolitanas, concentran el 36% del empleo nacional. Las 23 ciudades capitales más importantes representan un poco más de la mitad del empleo nacional. Al agregar todas las cabeceras urbanas, el DANE determina que en estas se encuentra el 78% del empleo total del país.
A abril de este año, se observaba que el crecimiento anual del empleo en las 23 ciudades analizadas por el DANE estaba estancado, mientras que en las otras cabeceras y en la zona rural había un crecimiento positivo.
Por actividades económicas, el mejor desempeño estaba en industria, inmobiliario y agricultura, mientras que la construcción tuvo una caída. Un hecho interesante es que la dinámica industrial no se observaba en las cuatro principales ciudades, donde el crecimiento de empleo fue negativo, y sí en las otras cabeceras y zonas rurales. Por su parte, los grandes jalonadores del empleo nacional fueron los sectores inmobiliarios y de servicios personales, principalmente en las cabeceras urbanas distintas a las 23 principales capitales.
Cuando se analizan los datos por tamaño de las empresas, se ve que, tanto en el primero como en el segundo trimestre, las que generaron más empleo fueron las de tamaño pequeño, aquellas con 10 o menos trabajadores. Este comportamiento es particularmente destacable en la industria, las actividades inmobiliarias y en el comercio.
En síntesis, durante el primer semestre el comercio, la industria y las actividades inmobiliarias concentradas en empresas pequeñas en cabeceras urbanas distintas a las principales capitales contribuyeron positivamente al empleo nacional, al igual que la agricultura y la pequeña industria en el área rural. Entender el porqué de estas dinámicas ayudaría a definir una mejor política de empleo para el país.
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