Espejito, espejito, dime cuál es la más bella del reino y cada vez que el espejo decía Blanca Nieves, la bruja arremetía contra ella, como en la noble Cartagena cuando los políticos proponemos cosas y muchos preguntan: ¿cómo así, como así, cómo fue? Y se desparraman las redes y los foristas saciándose hasta las entrañas. La ciudad tiene muchas debilidades y asuntos de los que los concejales nos hemos ocupado. POT, PEMP, reglamentación de playas, Plan sectorial de turismo, Estatuto tributario, seguridad, educación, entre otros, pero algunos que no se toman el trabajo de averiguar qué ha hecho el concejal, se despachan en señalamientos, injurias y calumnias que van mucho más allá de la libertad de expresión.
Unos tienen el valor civil de poner el rostro y otros se esconden como las serpientes. A quienes ponen el rostro abono el criterio y valor pero les sugiero revisar el actuar de los cuatro años, en mi caso, de mi primera vez en el concejo de Cartagena y analizando los indicadores de gestión de los cargos ocupados. Hace días usé la palabra estúpida, que viene de latín stupidus, que traduce aturdido y el sufijo ez, que expresa la cualidad: la estupidez reseñada en el diccionario de la lengua española se interpreta como una torpeza notable al comprender las cosas, y el polvorín se levantó y ras tas tas. Soy político con orgullo y hemos debatido por la ciudad, mientras otros se esconden a rabiar por la herida que les produce nuestra actuación. La alcaldía y la gobernación deben ser dirigidas por políticos de experiencia, con conocimiento de lo público, con triunfos, no es para la bacanería ni para que confundir lo popular con el conocimiento.
La ciudad tiene fugas económicas y son dirigidas por muchas personas diferentes al sector político, y en ellas es donde germina el foco de la corrupción que usa a algunos de nuestro sector para sus beneficios. Tierras, prescripciones, puertos, zonas industriales, concesiones, permisos y muchas cosas más, en manos de algunos que inducen al pecado.
Hoy finalizamos el gobierno sin definir la movilidad, aumentó el homicidio en barrios, con pruebas de saber del 2% en lo público y 24% en lo privado, con 55% del trabajo informal, con demandas de los damnificados de San Francisco que reclaman 310 mil millones de pesos sin que nadie defienda como debe ser al distrito, con una homologación pendiente del Colegio Mayor, con inversiones en los puestos de salud que ni siquiera están a nombre del distrito, y todo esto tratado y exigido por el Concejo sin una respuesta de la administración ni de quienes están al frente de algunos órganos de control.
Pero mañana diremos, ¿cómo así, cómo fue, cómo así que cómo fue?, y ras tas tas.
*Concejal del Partido de la U
protocolo@concejocartagena.gov.co
Comentarios ()