Columna


Reelección y gobierno

JORGE TIRADO NAVARRO

04 de diciembre de 2013 12:02 AM

El presidente Santos lidera todas las encuestas realizadas después del anuncio de su aspiración reeleccionista. Los sondeos reflejan la exposición mediática que a diario tiene el presidente, el poder burocrático y presupuestal del gobierno nacional, el respaldo que los partidos de la unidad nacional le brindan a su candidatura y el clima favorable que han generado los acuerdos en la mesa de La Habana.

La ventaja del presidente también obedece a la debilidad de sus contrincantes y a la dificultad que tienen las fuerzas opositoras para organizarse. Oscar Iván Zuluaga es un candidato desconocido para amplios sectores de la población, y tiene pendiente la construcción de un discurso que lo proyecte como un aspirante autónomo (con posibilidades de triunfo) y no simplemente como el escogido por el jefe supremo del Centro Democrático.

Por su parte, la izquierda está dispersa y sumida en peleas internas. Navarro, Peñalosa y Clara López no han podido acordar un mecanismo para seleccionar el candidato que enfrente al presidente y esa situación los ha desplazado a los últimos lugares en las mediciones de voto. El escenario es propicio para la reelección del presidente, pues la campaña se está polarizando entre Santos y Oscar Iván, y de pasar éstos dos candidatos a segunda vuelta, las fuerzas de izquierda se sumarían a Santos en pro de la paz –conformando una gran alianza de centro- para evitar que el uribismo retorne al poder. 

Todo indica que Santos será reelegido. La pregunta es si un presidente que hasta ahora tiene una imagen desfavorable del 46% y una intención de voto que en los sondeos no supera el 30%, tendrá el músculo político suficiente para gobernar a Colombia hasta el año 2018, durante un cuatrienio de retos enormes como: implementación de los acuerdos de paz si se llegare al fin del conflicto, puesta en ejecución del plan de inversión en infraestructura (40 billones de pesos), manejo del diferendo con Nicaragua, reformas estructurales en salud, educación y justicia, disminución del desempleo juvenil, solución definitiva del pasivo pensional, y puesta en marcha de sistemas integrados de transporte en las principales ciudades colombianas.

Lo importante para el país es que, si el presidente es reelegido, muestre la capacidad política suficiente para gobernar y superar esos retos, a pesar de la oposición férrea del uribismo en el Congreso, y solo podrá enfrentar esos desafíos si deja atrás al hombre temeroso y ambiguo que a veces pareciera tener dudas sobre el destino más conveniente para la Nación. Al ganar las elecciones con la bandera de la paz y la reconciliación, lo que implica cambios sustanciales propios de la fase del posconflicto, a lo mejor logrará los avances que Alfonso López Pumarejo y Carlos Lleras no pudieron obtener en la búsqueda de una mejor democracia en Colombia.

*Abogado y Filósofo

tiradojorge@hotmail.com

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