La Refinería de Cartagena sólo está dándole importancia a nuestra ciudad, en el nombre.
La mano de obra calificada, e incluso la de más baja remuneración, se contrata con personas que no son oriundas de la capital bolivarense, lo que es una clara indiferencia con el talento humano cartagenero, que vive y paga sus impuestos aquí.
El Presidente de la empresa, Reyes Reinoso, y otro alto ejecutivo como Enrique Penoli, son de Venezuela. José Camacho, de Barrancabermeja, también ocupa uno de los cargos más importantes. Estos “embajadores” suscriben convenios con 600 buses y 100 tractomulas que transportan cóker, un químico altamente cancerígeno. Lo más grave es que dichos vehículos no pagan tributo de rodamiento en Cartagena, y dañan la malla vial.
Otro de los ejemplos que habla de la preocupante situación es que Reficar contrató al Consorcio AMC, quien suministra 150 trabajadores no cartageneros, con salarios por encima de $10.000 millones anuales.
Debemos reconocer que en nuestra labor como servidores públicos nos ha faltado coadyuvar a la clase trabajadora del sector industrial. No podemos ser cómplices porque hemos descuidado el respeto por principios constitucionales como la igualdad y el trabajo digno. Es necesario conformar cuanto antes un frente de trabajo que invite a la Comisión 5° del Senado para revisar de manera conjunta no sólo el tema de la refinería, sino también “tsunamis económicos” como el incremento del 25% en las tarifas del gas, en una región que produce y abastece a todo el país.
Nuestra principal fuente de ingreso sigue siendo el turismo y las industrias, y con un alza en los precios del gas seríamos cada vez menos competitivos. ¿Quién estará orquestando este complot? No lo sabemos.
Todo esto me hace acordar a la fábula de la zorra y la cigüeña, donde mutuamente se invitan a cenar, pero nadie se beneficia. La zorra sirve en un plato llano para que a la cigüeña se le dificulte comer por su largo pico, y la cigüeña le sirve el alimento a la zorra en un florero donde no puede penetrar su hocico. Contextualizando el relato, Reficar tiene sede en la ciudad pero contrata por fuera y el Gobierno nacional tiene el gas aquí, pero es donde más caro lo pretende cobrar.
El tema debe discutirse fuertemente en el Congreso de la República. Desde la corporación edilicia, de igual forma trabajaremos en función de ello, por eso estamos construyendo un proyecto de acuerdo que reglamente la mano de obra cartagenera. Cuando ya exista una normativa en beneficio de nuestros coterráneos, los empresarios no podrán decir “contratamos, pero fue sin querer queriendo”.
*Concejal Partido de la U.
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