Columna


Reforma de Córdoba, 1918

DARÍO MORÓN DÍAZ

30 de junio de 2018 12:00 AM

Con la Tercera Conferencia Regional, en la Argentina se celebraron los cien años de la Reforma Universitaria de Córdoba, movimiento universitario que creo un nuevo horizonte en esa universidad: la autonomía universitaria. Las universidades en América se originaron bajo la inspiración de la Universidad de Salamanca, la que sirvió de modelo a otros países americanos y fundaron centros de estudios bajo la égida de la Iglesia católica. De esa guisa utilizaban prototipos confesionales carentes de independencia crítica. El Movimiento de Córdoba permitió que se abrieran mejores horizontes en educación estatal, contrarias a las instituciones privadas, ayunas de contenido filosófico y ajenas al nacionalismo.

La Reforma Universitaria de 1918, en Córdoba, influyó fundamentalmente en el ámbito americano. Antes de la Reforma, la autonomía universitaria era una utopía, pero con la imposición de la Reforma prevaleció la autonomía y el cogobierno como forma colegiada de conducción democrática en el funcionamiento de las universidades. Al mismo tiempo nacieron corrientes de pensamiento promotoras de los cambios sociales y políticos, amén de cuestionamientos al imperialismo y a la dependencia externa. Este movimiento luego se expandió a otras regiones de América Latina, generando también nuevos movimientos transformadores, tanto políticos como estudiantiles.

Regresando al origen de la universidad, debemos insistir que tanto la Universidad de Salamanca como la de Alcalá de Henares, direccionaron los esquemas a seguir en la mayoría de las instituciones de la América española. La revolucionaria reforma de la Universidad de Córdoba se extendió en el ámbito intelectual y filosófico. Con protagonistas destacados de distintas nacionalidades, uno de ellos fue Miguel de Unamuno, exrector de la arquetípica Universidad de Salamanca. A manera de digresión debemos mencionar que Unamuno, en el auditorio de su universidad, rechazó el grito necrófilo: “Abajo la inteligencia, viva la muerte”, del militar falangista, Millán Astray, con la lapidaria frase: “Nos vencen, pero no nos convencen”. Así mismo José Martí, José Vasconcelos, José Enrique Rodó y José Ingenieros, entre otros intelectuales.

Como consecuencia de la globalización y el esquema neoliberal surgieron unas corrientes contra la Reforma, con la proterva finalidad de cambiar el diseño de las universidades y de la autonomía, y convertir las instituciones en el sostén de la explotación y herramientas del esquema neoliberal.

Por ello no sorprende que aparezcan algunos comentaristas que hacen parte de ese entramado claudicante, empeñados en rechazar lo que significa y representa la Reforma de Córdoba en la cultura y desarrollo de las universidades.

*Exdirector de El Universal. Académico de Medicina e Historia.

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