Los hay de todo tipo en el mundo. En Colombia suelen hacer parte de fiestas y festivales. Algunos estimulan el saber y la transmisión de músicas y danzas, exaltando los productos culturales; otros promueven estereotipos de belleza física con fines comerciales y de entretenimiento.
En Cartagena, las figuras de reyes y reinas en las celebraciones han existido por siglos. Su origen y significado diversos merecen mayor indagación histórica para entender este hecho que genera pasiones y rechazos. Aquí coexisten dos reinados: el de las Fiestas de Independencia y el Concurso Nacional de Belleza (CNB), que esta semana causaron polémica por cuenta de la Alcaldía.
Por un lado, el alcalde propuso hacer un “Desfile de balleneras” con las candidatas populares por la Ciénaga de la Virgen y el Caño Juan Angola, a semejanza del que se hace en la bahía con las reinas nacionales. Esto fue bien recibido por varias participantes y por quienes se preocupan por el abandono de estos cuerpos de agua, pero también rechazado por aquellos que consideran que por razones ambientales y sociales el recorrido es inviable y denigrante.
También se conoció que la Alcaldía planea unir el Desfile de la Independencia con la batalla de flores del CNB. Una declaración en contra de esa medida, que pide además incluir los bandos y cabildos barriales en la programación oficial, circula esta semana en redes sociales y recoge más de 150 firmas de apoyo.
El alcalde declaró públicamente su defensa de una fiesta popular e incluyente, pero parece no tener claro el origen y significado de ambos reinados para las fiestas. El de la Independencia –popular, donde no se compite por “belleza” aunque algunos lo vean así- nació en el marco de las fiestas y ha sido dinamizador de los festejos barriales.
El CNB, creado para promover el turismo, se apropió en el imaginario de los espacios de celebración popular, superponiendo lo vano a la conmemoración festiva de un hecho histórico para la ciudad y el país.
Resulta paradójico entonces que la Alcaldía promueva por un lado la apropiación de saberes acerca de las fiestas, como ocurrirá la semana entrante en el evento “Fiestas de Independencia y Patrimonio. Experiencias compartidas”, convocado por el IPCC, la UTB y el Comité por la Revitalización, y por el otro anuncie medidas que acentúan los riesgos de nuestro patrimonio inmaterial.
Y lo hace poniendo a la fiesta popular a ser la copia pobre de un evento comercial privado, no sólo alejado de lo simbólico de la independencia novembrina, sino opuesto a sus referentes: la corona de la elegida lleva el escudo colonial abolido hace dos siglos por la Cartagena heroica y libertaria.
*Investigadora Asociada L+iD UTB.
Twitter @Ginaruzr
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