Con la etiqueta #ResisteMiProfe Fecode impulsó durante más de 2 semanas el paro de maestros en todo el territorio Nacional en las redes sociales. Una y otra vez se impulsaba lo que sería una lucha exitosa. Sin embargo, quien no resistió fue el gremio. La bandera de lucha cayó a las 2 de la mañana, justo a la hora más de 300 mil profesores dormían.
Decepcionados, quedaron la gran mayoría, en especial los más nuevos; los que no conocen ni pertenecen a los sectores tradicionales, ni comulgan con las maestras y maestros rancios de tres pensiones.
Y es que si bien Fecode lleva años representando a los docentes de instituciones públicas, no solo en lo que respecta a la paulatina nivelación salarial, sino en general en la mejora de sus condiciones laborales; Para nadie es un secreto que Fecode es hoy por hoy el organismo sindical de mayor fuerza en el país que se ha posicionado como un actor político probo para lograr alianzas y estrategias que define incluso, la elección de presidentes en Colombia.
El gremio fue endeble con la lucha. Los mismos profesores son conscientes de que se ha perdido una gran oportunidad, no solo para mejorar sus condiciones como docentes, sino para impulsar una gran reforma educativa. Los mismos docentes reconocen que la educación pública en Colombia es sinónimo de lo peor. Muchos incluso, matriculan a sus hijos en colegios privados porque quieren “lo mejor” para sus hijos. Uno de ellos me decía esta semana “Tenemos políticas educativas descontextualizadas, se han tomado modelos educativos de diferentes partes del mundo en los últimos 20 años: Singapur, Brasil, Chile, entre los más recientes. Estos modelos desconocen por completo el contexto local, el tipo de estudiantes que tenemos, las condiciones de hacinamiento en las aulas, la baja cobertura en Tics, la infraestructura deficiente de las instituciones, la descomposición social y familiar de nuestros barrios, el conflicto armado, entre otras circunstancias”
Es necesario un replanteamiento general del sistema educativo. Un sistema educativo que confiera, no solo valor a sus docentes aumentándoles el salario, sino que de valor a todo el sistema.
Pero también necesitamos maestros comprometidos que despierten la curiosidad del alumno, y que motiven su capacidad de pensar de manera crítica e independiente, dando prioridad a las habilidades múltiples de los estudiantes.
Colombia, un país que crece en economía pero no en equidad, necesita una institucionalidad pública robusta que asuma el desafío de lograr mejor calidad del sistema educativo. Necesitamos brindar una formación no para crear robots que respondan por competencias ante el mercado, sino para ser seres pensantes que trabajen por alcanzar su propio bienestar de la mejor manera. ¿Quién dice yo asumo el reto? Entonces ¡Resiste mi profe!
Docente Universitario
alvaroquintana@gestores.com
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