Columna


Resistencia civil

MIGUEL YANCES PEÑA

27 de junio de 2016 12:00 AM

“Lo que sucede es que a los politiqueros les importa un pito qué pase; siempre están del lado de quien tenga el poder.” 

Para iniciar este análisis quisiera resaltar antes, que todo fenómeno, físico o social, suele engendrar una fuerza que se le opone: acción y reacción se le conoce en física, y promotores y opositores en lo social. Es normal, y es benéfico. En este último caso, lo social, que abarca lo político, la oposición puede ser racional, reflexiva, enriquecedora, lo cual es positivo; o irracional, entorpecedora, negativo. Los medios masivos de comunicación lo han bautizado como “polarización” aludiendo a lo que sucede con los iones y/o cargas eléctricas. El unanismo, en lugar de expresar acuerdo, denota indiferencia y propicia el abuso del poder. 

De manera que es completamente válido tanto la oposición a lo establecido -el statu quo- como la oposición a lo que se acuerda en la Habana, siempre y cuando, 1) esa oposición se exprese por los canales que establece el sentido común y el respeto por los demás (la democracia); y 2) los gobiernos respeten las mayorías. Dos condiciones que no se dan en la práctica colombiana. 

En lo primero, la mentira (total o parcial), el ocultamiento y el engaño, son formas de irrespeto y manipulación que nuestro sistema político y judicial no sanciona adecuadamente, y por lo tanto, se ha vuelto norma en el campo de la política. El que no miente no gana parece ser la máxima, que, de la política, ha ido escalando hasta las relaciones cotidianas de los individuos. En este país -me atrevería a decir- no se gana un voto; ni un peso, no sobra apuntarlo, sin engañar a los demás. Nuestro presidente ha sido una muestra, y la guerrilla es especialmente hábil para eso. Y en lo segundo, este gobierno no respeta las mayorías: el miedo a la refrendación popular de los acuerdos, la intención de darle categoría de “acuerdos entre naciones”, y la modificación del umbral para validar una consulta, no dejan lugar a dudas.

Es un hecho que alrededor del tema de la paz se especula y manipula mucho; de lado y lado. Entendible entre “los fanáticos” de ambas posiciones, pero inaceptable por parte de quienes las lideran; de ellos se espera la máxima honestidad, porque se están jugando la credibilidad. Se dice -por ejemplo- que las personas están firmando engañadas, las planillas que buscan dimensionar el tamaño del movimiento por la Resistencia Civil. Siendo un proceso pacifico, completamente democrático, ha despertado temores en el gobierno nacional, que le hace “oposición a la oposición”. Cuando la forma de confrontarla, debería ser una clara explicación de los acuerdos, que no se ha dado. 

En lo personal no creo que la gente esté firmando por lo que le dicen en la calle, si no por lo que dice Uribe.

movilyances@gmail.com
 

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